Joe Biden y Xi Jinping acordaron reparar los vínculos militares entre Estados Unidos y China.

El presidente estadounidense, Joe Biden, lo esperaba en el lugar y hora acordados, en el lugar, que se mantuvo secreto por razones de seguridad. El presidente chino, Xi Jinping, llegó puntualmente el miércoles a la finca histórica al sur de San Francisco, bajó de su limusina blindada y Estrechó la mano de su anfitrión frente a la lente de los fotógrafos. Momentos después, desaparecieron entre los antiguos pasillos de la mansión georgiana para encontrarse cara a cara en una cumbre destinada a aliviar la tensión entre las dos mayores superpotencias del planeta.

Se reunieron durante 4 horas: una asamblea de negocios, un almuerzo y un paseo por el césped que sirvió a lo que los dos líderes esperaban: restablecer las maltrechas relaciones entre las principales economías del mundo. «Tuvimos la máxima asamblea constructiva y productiva posible». Biden dijo en una conferencia de prensa al final de la tarde.

«Ha habido un progreso significativo» en la estabilización del vínculo, afirmó el líder de la Casa Blanca. «China y Estados Unidos tienen una relación competitiva», añadió. «Pero mi deber es hacerla racional y manejable para que no conduzca a conflicto. De eso se trata. «

Más allá de las palabras, Biden anunció que existen acuerdos para reparar la cooperación entre los militares de los dos países para evitar «malentendidos», poder «levantar el teléfono» y comunicarse cuando suceda algo.

Otro acuerdo sobre el fentanilo, la droga artificial cuyas partes provienen de China y que está causando estragos en Estados Unidos, además de problemas de inteligencia artificial. «Estados Unidos va a ser competitivo en el sector, pero con una competencia positiva», afirmó Biden. .

También discutieron problemas globales como la guerra en Ucrania y Gaza, dijo el estadounidense.

Una vez instalado en el salón de la mansión Filoli, con las delegaciones sentadas frente a frente en una mesa larga, Biden rompió el hielo y le dijo a Xi: «Presidente, nos conocemos desde hace mucho tiempo. No estamos de acuerdo, lo cual no es ninguna sorpresa, pero nuestras reuniones fueron sinceras, directas y útiles.

Y añadió: «Disfruto de nuestro intercambio verbal porque es imprescindible que nos percibamos claramente, de líder a líder, sin conceptos erróneos ni faltas de comunicación. »

«Queremos asegurarnos de que el festival no se convierta en un conflicto. Y también queremos gestionar ese festival de manera responsable», dijo Biden. «Creo que eso es lo que el mundo espera de cualquiera de nosotros: un intercambio honesto», añadió. Y habló de correr de forma conjunta ante los «desafíos globales críticos» que afrontan, como el cambio climático, la lucha contra el narcotráfico y la inteligencia sintética.

Biden estuvo flanqueado por el secretario de Estado, Antony Blinken, la secretaria del Tesoro, Janet Yellen, y otros diez funcionarios de su administración.

Al otro lado de la mesa, sentado con un número similar de funcionarios chinos, Xi respondió en mandarín: «Las relaciones entre China y Estados Unidos nunca han sido sencillas en los últimos 50 años o más y se enfrentan a trastornos de un tipo u otro. Sin embargo, siguió avanzando en medio de idas y venidas. Para dos países maravillosos como China y Estados Unidos, darse la espalda el uno al otro no es una opción», afirmó.

Y agregó: “No es realista que un aspecto modifique al otro. Los conflictos y enfrentamientos tienen consecuencias insoportables para cualquiera de las partes. «Creo que los festivales entre países primarios no son la tendencia principal para solucionar los desórdenes que enfrentan China y Estados Unidos».

«El planeta Tierra es lo suficientemente grande como para que cualquiera de los dos países tenga éxito», añadió el líder chino. «Mientras se respeten mutuamente y vivan juntos en paz. . . Serán completamente capaces de superar sus diferencias». Biden: «Estoy deseando tener un intercambio en profundidad. »

La asamblea en la finca de 260 hectáreas que acogió la serie «Dinastía» en los años 1980 duró aproximadamente dos horas y media, siguió durante el almuerzo y luego los presidentes recorrieron solos los imponentes jardines de la residencia.

El propósito de Biden y Xi era estabilizar las relaciones entre Estados Unidos y China después de una era tumultuosa en las relaciones bilaterales, confundiendo mediante el aterrizaje del globo espía chino en territorio estadounidense, el escenario en Taiwán, la postura de China sobre el cambio climático, Rusia para Ucrania y las tensiones industriales. , entre otros temas.

Pero en meses, ambos optaron por la diplomacia de alto nivel, lo que llevó al anuncio de la visita de Xi, que toma posición a instancias de la cumbre Asia-Pacífico (APEC).

Ambos tienen sus razones internas para el deshielo. Biden necesita abrir el choque con China en medio de dos guerras (Ucrania y Gaza) y, sobre todo, en su complicada campaña de reelección. Por otro lado, Xi pretende reactivar el desaceleración del crecimiento chino, amenazada por la burbuja inmobiliaria.

Ambos hombres buscan mostrarle al mundo que, si bien Estados Unidos y China son competidores económicos, no están atrapados en una confrontación brutal con implicaciones globales. Su datación se explica por diferencias sobre los controles de exportación, Taiwán y los conflictos en Oriente Medio y Europa.

Antes del inicio de la reunión, los representantes de los dos países anunciaron la creación de una organización conjunta sobre el clima para complementar su coordinación en «una de las situaciones más exigentes de nuestro tiempo».

Pero uno de los máximos efectos vitales de la cumbre, más allá del toque en sí, es el restablecimiento de la línea directa entre los militares de los dos países, que China cortó tras la llegada de Nancy Pelosi, entonces presidenta de la Cámara de Representantes, a Taiwán. en 2022. Biden también pidió a Xi que no interfiera en las elecciones de Taiwán dentro de dos meses.

También han surgido algunos acuerdos concretos como parte de los esfuerzos para luchar contra el fentanilo ilícito, un opioide artificial responsable de sobredosis de drogas en Estados Unidos. La mayoría de los productos químicos utilizados para fabricar esta droga provienen de China.

Un acercamiento entre las dos potencias también puede tener repercusiones en otros conflictos. Se espera que Biden, por ejemplo, le haga saber a Xi que le gustaría que China use su influencia sobre Irán para hacer transparente que Teherán o sus representantes no tomen medidas que puedan sólo conducirá a la expansión de la guerra entre Israel y Hamás. La dirección de Biden también considera que los chinos, principal cliente del petróleo iraní, tienen abundante influencia sobre Irán, que es el principal partidario de Hamás.

P. B.

Periodista, corresponsal en Estados Unidos. @PaulaLugones

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