Andrés Manuel López Obrador es el presidente de México el 1 de diciembre, en medio de la mayor periodo de estancamiento económico desde la gran crisis de 2009. Después de tres trimestres consecutivos de crecimiento negativo, el país cayó en una recesión técnica y el Banco de México prevé un crecimiento cero al final del año, el ajuste de sus previsiones para el año 2020, sólo el 1,3%.
El trabajo no conseguir nada mejor. Entre enero y octubre, sólo ha habido una disminución de 30.8% en comparación con el mismo período del año pasado. El año que se perfila como el peor de la creación de empleo y la calidad en los últimos diez años, debido al crecimiento cero, la desconfianza y el bajo nivel de inversión.
El soberano pesa la amenaza de la clasificación con un descuento en la nota de crédito, para dar por Moody’s o Standard
Queda, no obstante, un par de letras en el canal de la mancha para rescatar a 2020 y, por tanto, no erosionan el capital político que le permitió establecer la llamada » austeridad republicana «. Las tasas de interés permanecen en niveles históricamente altos y siguen estando entre los más altos del mundo, y la inflación se ha mantenido todo el año dentro del rango meta del banco central, por lo que – al menos en número – el México sigue siendo un país atractivo para invertir. La parte de la confianza que se debe resolver, y para ello el magnate de los magnates Carlos Slim llegó al rescate.
Se convirtió casi normal ver en el hombre más rico de México a aparecer a las conferencias de «la mañana» de AMLO, donde se apoya a menudo el presidente. Sin rencores para la cancelación de la gran aeropuerto en Texcoco. El miércoles, el ingeniero, ha llevado a un gran grupo de emprendedores que han anunciado un ambicioso plan de infraestructura a 40 mil millones de pesos, 10 millones de los cuales serán realizados por el fundador de América Móvil.