A tres años del estallido social en Chile, la coalición de Sebastián Piñera busca reposicionarse

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Esta semana se cumplen 3 años de la epidemia social de octubre de 2019 que sacó a la calle a millones de ciudadanos y sorprendió a todo Chile, un país que se consideraba, al menos hasta el momento, un faro de estabilidad.

Mucha agua ha corrido debajo del puente desde entonces. Se introdujo un procedimiento que se concretó primero con la instalación de una Asamblea Constituyente, luego con la elección de Gabriel Boric como presidente y, a pesar de todo, con el referéndum constitucional de septiembre pasado que, aunque fue rechazado, no convocó al cambio.

Chile Vamos, la coalición de gobierno bajo la dirección del presidente derechista Sebastián Piñera, quedó aquí en la cuarta posición en las elecciones presidenciales de 2021. Pero ahora es el presidente Boric quien está en problemas, con un 27% de imagen positiva, según la última centro. . .

¿Qué papel juega la oposición en esta decepción?¿Chile Vamos ha logrado renovar su propuesta, frente a las demandas aún vigentes de octubre de 2019?

De visita en la Argentina al frente de una delegación del partido, los senadores Francisco Chahuán (presidente de Renovación Nacional) y Javier Macaya Danús (presidente de la Unión Demócrata Independiente), bajo presión una discusión con NACION de que esos desórdenes de 2019 incluso tendían a empeorar.

-Con el símbolo del presidente Boric positivo al 27%, y tras el rechazo al encargo constitucional impulsado desde el gobierno, ¿cree que es un momento de recuperación para su coalición, tras su derrota en 2021?

CHAHUÁN: Nuestra coalición ha logrado ubicar una visión nada inusual para el largo plazo del país, sin comprometer el pasado. Sin duda queremos reconectar con el refinamiento con los ciudadanos, sin embargo, esta coalición ha sido un gran éxito. Eso es por eso busqué acertar con lo que usted señaló. Esta coalición controló para ganar unas elecciones parlamentarias que parecían imposibles, tenemos casi una parte del Parlamento. Y controlamos una cruzada exitosa para ganar un plebiscito que también parecía imposible. Fue el triunfo del rechazo a un encargo constitucional que dividía a los chilenos, redactado a través de una Convención Constituyente que no fue lo suficientemente lejos y que pretendía ser un espíritu refundador. Somos partidos que firmemente que la política se debe a los ciudadanos, a cómo somos capaces para resolver el dolor social de las personas. Es entonces una coalición de éxito que se identificará en el mediano plazo en términos de cómo seamos capaces de construir un nuevo pacto social, donde tengamos un pacto de convivencia f o los próximos 30 años.

-¿Cuáles serían los vínculos de esta visión con el pasado?

MACAYA: Lo máximo vital que ha pasado ha sido romper la escisión de la política chilena en los últimos 35 años. La escisión del Sí y el No del plebiscito de 1988 a Pinochet, de la izquierda contra la derecha, de la Concertación contra Chile Vamos o de la ex Alianza por Chile. ¿Por qué se rompió? Porque la centroizquierda, otras personas que históricamente fueron parte de los gobiernos de (Patricio) Aylwin, (Eduardo) Frei, (Ricardo) Lagos, (Michelle) Bachelet, y que estaban en nuestra izquierda, aprendieron que el procedimiento de refundación de la Convención muy negativo para Chile y tuvieron la habilidad de cruzar puentes que nunca habían cruzado y decirnos «vamos a pintar con ustedes», pensando en el largo plazo de Chile.

-A pesar del rechazo a este proyecto, el 68% de la población sigue necesitando cambios constitucionales. La consulta es cómo evitar que ese rechazo encaje en una defensa del prestigio quo. . .

MACAYA: Hoy muchos políticos dicen que no tenemos nada que hacer, algunos piensan que tienen el 62% de los votos, que nunca ha sido el porcentaje de votos de la derecha. Hay componentes de extrema derecha, el Partido Republicano, que piensan que como ganaron el rechazo, tendremos que dejar las cosas como están. Pero esto sería un caldo de cultivo para que tal vez la agitación social vuelva a estallar dentro de dos años más. Por eso nos resulta que nosotros tendrá que asumir ese compromiso. Esperamos que el próximo gobierno venga de nuestro sector político, de nuestra coalición, y esperamos que el factor Constitución ya haya sido triunfado y ya no sea parte de la agenda política. Porque previene una técnica seria y dirigida a las emergencias sociales del país.

– ¿Dar resuelto el factor significa que necesitan una nueva Constitución?

CHAHUÁN: Hoy corremos por la realización de un plebiscito de salida para aprobar la nueva Constitución antes de diciembre de 2023, en una resolución ciudadana lo más mayoritaria posible. Nosotros que la Constitución tendrá que ser una Constitución minimalista, una Constitución, no una asignación política de izquierda o de derecha, tendrá que ser precisamente una Constitución que permita generar límites al poder, que sea capaz de respetar como piedra angular los derechos humanos y los derechos sociales, y que sea precisamente capaz de avanzar en cualquier cosa en la que ya hayamos llegado a un acuerdo. Yo diría que este es un paso adelante maravilloso, avanzaremos en un estado democrático y social regido por el Estado de derecho.

-¿Qué diferencia plantea el Estado social de derecho con lo que existe y con el gobierno pasado?

CHAHUÁN: Las diferencias son muy realmente amplias porque estamos a favor de los derechos sociales, el derecho a la salud, el derecho a la educación, el derecho a la vivienda digna, el derecho a una pensión digna, que estén identificados en nuestra Constitución. país que da situaciones para que los chilenos expandan su espíritu emprendedor, su iniciativa, pero donde el Estado sea capaz de acabar con los abusos, porque hay una cultura del abuso que se está consolidando en nuestro país. Y esta coalición de centro-derecha es el mayor definidor de una economía social de mercado, que está al servicio de los consumidores y exigirá que se castigue severamente a quienes abusan de la fuerza económica. Esta es la maravillosa diferencia que tenemos hoy en nuestro país, una centro-derecha capaz de definir ciudadanos opuestos a los excesos del Estado oa los excesos de los particulares.

-Es decir, recogieron algunas de las demandas sociales que llegaron aquí a partir del 2019 y las agregaron a la derecha. . .

MACAYA: Lo que está pasando es que el estado de progresión existente de Chile, que se ha pensado como un país que iba bien en América Latina y que tenía capacidad para crecer y generar empleo, no necesariamente estuvo acompañado de promesas seguras para su ciudadanos en los temas básicos de esos derechos sociales. El padrón de progresión de Chile, con un PBI per cápita de más de $20. 000, le permite legalmente dar a los ciudadanos la garantía de que en ciertas áreas básicas, pensiones, educación, salud, vivienda, tiene un Garantizar desde el Estado donde la sociedad civil, los empresarios, en consonancia con las empresas del sector personal, sean notoriamente componente de la provisión de esos derechos sociales.

– ¿Será que la inercia pasada permitió este cambio?

CHAHUÁN: Sí, claro. La conjunción de derechos sociales seguros es fundamental para nosotros. Esta es la base del nuevo acuerdo constitucional que debemos lograr. Provisión mixta de salud estatal y personal, educación, salvaguarda del derecho a decidir de los ciudadanos, qué ciudadanos tienen derecho a decidir. Esto es básico, porque no necesitamos un estado que termine decidiendo por otras personas, sino que otras personas tengan derecho a decidir dónde deben ser tratadas, ya sea en una institución pública o privada, donde necesitan ser educados, en una institución pública o personal, que tienen la libertad genuina para hacerlo. Y para ello es obligatorio asegurarse de su alojamiento. Porque tendremos que asegurarnos de que la oferta al público sea de primera calidad.

-¿Cómo está lo social en Chile en este momento?

MACAYA: Ojo porque aquí hay una pista que no es menor. Han pasado tres años de la epidemia y en todos los signos que se ven en Chile, es decir, las listas de espera por salud, la calidad de la escolarización que tienen nuestros jóvenes recibir, la carga de vivir, la economía para llegar a fin de mes, Chile ha retrocedido en esos 3 años. O sea, lo que los chilenos demandaban en octubre de 2019, 3 años después en todos los signos, Chile ha retrocedido. Eso te dice que esto malestar, que ese escenario habrá que resolverlo. No hacer nada sería repetir precisamente el error que el centroderecha ha repetido en otras ocasiones. Tuvimos la oportunidad en 2005 quizás de haber votado la Constitución de Ricardo Lagos, tenido la oportunidad en el 2018 de haber tomado la Constitución de Bachelet y que se hubiera firmado a través de Piñera y Bachelet. Creo que esos son errores que no podemos repetir.

– ¿Qué espera del presidente Boric?

CHAHUÁN: Han pasado tres años desde los reclamos de 2019, ahora el desafío que tenemos es que Chile tiene una fórmula presidencial donde las reformas primarias requieren que el gobierno vigente pueda generar la iniciativa para que esto suceda. suceda, y hoy tenemos casi una parte del Parlamento, sin embargo, tenemos un gobierno que está en espera. Tuvo un paréntesis del 11 de marzo al cuatro de septiembre fiel sólo a la cuestión constitucional, y ese paréntesis se ha ampliado. Tenemos un gobierno sin iniciativa, un gobierno con poca capacidad técnica para aportar iniciativas, con pocos grupos pro y sin experiencia de gobierno. Tenemos un desafío estructural. Entonces lo que necesitamos del presidente Boric es más diálogo, más habilidad para percibir que su programa de gobierno tal como lo ha diseñado no tiene ni siquiera visibilidad política, pero aquí tenemos que avanzar en acuerdos que resuelvan los desafíos de la ciudadanía. Les pido que estén en canto con demandas sociales, menos discursos retóricos, menos poesía y más capacidad de ampliar el horario social que les exige Chile.

-En el plano exterior, es recurrente que el centro-derecha se dirija a través de la derecha populista. ¿Qué actitud adoptan partidos como el suyo para no dejarse escapar y vincularse con el electorado?

MACAYA: Hay que hablar en el global de hoy en plural de derecha e izquierda. Creo que lo que está pasando en España, por ejemplo, con el fenómeno Vox o aquí en Argentina con líderes como Javier Milei, refleja que hay otras vocaciones para hacer política desde la derecha. Lo mismo ocurre en la izquierda, tienes una socialdemocracia europea que también se enfatiza a través de la izquierda excesiva, y en Chile nos ocurre con el Partido Comunista, por ejemplo. Pero hablo desde el punto de vista de la derecha. El reto maravilloso para el centro-derecha es ante todo tener vocación de mayoría, tener vocación de gobierno, y no solo tener una plataforma antisistema que critique todo lo que el gobierno vigente si es obligatorio hacer la oposición, o que no tiene capacidad para darle la gobernabilidad del país si es gobierno. Yo que estamos presionados por este fenómeno y el reto maravilloso de la derecha con vocación democrática, con vocación de gobierno, es ver cómo tiendes puentes incluso con otras personas de media izquierda que tienen la misma vocación.

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