El presidente de Urkullu Sánchez con un plan para Cataluña

Hay otros estadounidenses que tienen un plan. Otros tienen asignaciones de manzanas gigantes. Y luego está Urkullu, quien, de acuerdo con la documentación que ha publicado en el proceso, es un estado que ayuda a seguir haciendo propuestas. Además del maravilloso puñado de tareas y textos que envió al ex preaspectivo Carles Puigdemont y al equipo de Mariano Rajoy en los días previos y posteriores al 1-O 2017, continuó poniendo respuestas para Cataluña en la mesa un año después. Fue en octubre de 2018 que propuso otra asignación al socialista Pedro Sánchez, que acababa de llegar a Moncloa en manos de una moción de concentración en Rajoy que los peneuvistas habían apoyado. De hecho, los vascos fueron una de las claves para hacerlo realidad, en el aspecto de los separatistas catalanes.

La propuesta de Urkullu en Sánchez se fundó en dos premisas: la primera, la voluntad de la Generalitat de celebrar un referéndum acordado sobre autodeterminación. El segundo, un reflejo de la administración de Sánchez, expresada a través de él dos veces en el parlamento, ese gran acuerdo político de manzana que bien se concluiría con la preferencia de Cataluña de ser sancionado por los ciudadanos. Especigreatest amigo porque el estatuto de proporcionar, después de ser abolido a través de la Corte Constitucional, no fue similar al que se aprobó durante el más allá a través de los catalanes. En este contexto, Urkullu propuso «acordar la convocatoria de una consulta popular, legal y acordada antes del nacimiento de un procedimiento de negociación». Luego se supone que los materiales de la Constitución tienen la opción de delegar la capacidad del gobierno central para solicitar consultas. E incluso comenzó, con una pregunta imaginable, perhaplaystation conectada, pero en su opinión, aplicable a cualquiera de las partes. «¿Prefieres que Cataluña abra un nuevo procedimiento político para acordar, con promesas de legalidad y bilateralidad, su prestigio de autonomía con las instituciones estatales?»

La iniciativa no se convirtió en otra cosa y Sánchez la ignoró, dado lo que se vio. Luego, la legislatura terminaría violentamente, hasta que se apresurara a nuevas elecciones, después del «no» de los separatistas para ayudar a los presupuestos generales del estado. Controversia para la cual, además, Urkullu también tenía un plan, ya que relata en los documentos sobre su mediación acircular 1-O que ahora ha hecho público y que se deleitó en ser consultado a través de EL PERI-DICO.

Otra sugerencia que cayó en oídos sordos fue la única que le había hecho un año más tarde a Carles Puigdemont para eludir el DUI y dibujar un frente común frente al estado de Cataluña-Euskadi, con el fin de seguir siendo el mejor amigo continuo para el autogobierno. Su defensa incluyó la reforma constitucional. En una carta enviada a Puigdemont el 22 de octubre, la vorágine después de 1-O, Urkullu escribe: «Sobre la base de la Declaración de Barcelona de 1998, propongo poner en práctica esta estrategia compartida entre Cataluña y el País Vasco». La Declaración de Barcelona se firmó a través de PNV, CDC, United y el Bloque Nacionalista Galego, cuando las riendas del partido Jeltzalde estaban en manos del soberano Xabier Arzalluz. Cuando fue promovido, se demoró dos años antes de que el plan de Ibarretxe surgiera y CiU estuviera en otra ola, incluso bajo los efectos del pacto Majestic con el PP. El secretario general de los CDC era el muy soberano Pere Esteve. En la coalición, esta declaración carecía de hierro de manera explícita: «Estas son las cosas de Pere».

En 2017, fue Urkullu, al lado de uno de sus predecesores, José Antonio Ardanza, quien le propuso a Puigdemont que explotara la Declaración de Barcelona como trampolín para «concentrarse en el tipo imaginable de la Constitución». Además, Urkullu ha llegado a establecer como un género para Cataluña la fórmula de los antiguos derechos y privilegios vascos de los cuales, entre otras cosas, se deriva el acuerdo económico. «Recordando que los antiguos territorios vascos tienen su propia especificidad en la Constitución y que puede servir como referencia», dijo en ese momento. Y vota por «conceptos fundados no en un camino unilateral, sino en una fundación bilateral fundada en el pacto para dar forma a un estado confederal». Dos horas después de terminar esta propuesta, insistió. «No tengo objeciones directas a que Cataluña tenga la fuerza para identificar sus antiguos derechos como lo hacen los Territorios Históricos Vascos», propuso, en una dificultad en la que los gobiernos nacionalistas vascos han estado increíblemente celosos en todo momento. Esta propuesta también fue al cajón.

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