Santiago, 27 (Reuters) – El presidente chileno, cuyo gobierno es sacudido por intensas protestas, provocó una nueva ola de ira tras sus polémicos comentarios en los que aludió a una supuesta “falsedad” de los videos que muestran la brutalidad policial y los adjudicó “injerencia extranjera”, por lo que debió salir a dar explicaciones horas después.
Sebastián Piñera dijo en entrevista con CNN que hubo una campaña de desinformación “gigantesca” con videos circulando en Facebook, Instagram y Twitter que habían sido “filmados fuera de Chile, o tergiversados”. “En eso ha habido, sin duda, participación de gobiernos e instituciones extranjeras”, declaró el presidente chileno.
Los comentarios de Piñera fueron transmitidos por CNN el 15 de diciembre, pero causaron revuelo esta semana generando intensos debates tras su emisión completa. Sergio Micco, jefe del Instituto de Derechos Humanos, quien revisó el contenido en línea como parte de una investigación sobre el manejo policial de las protestas, dijo que, si bien habían visto material engañoso, la “inmensa mayoría” de los videos era auténtica. Y Jorge Abbott, fiscal nacional de Chile, dijo que “hasta el momento, en las imágenes que nosotros analizamos, no tenemos esa situación” descrita por el mandatario.
La oposición, organizaciones de derechos humanos y activistas culpan a Piñera por no responder a las denuncias generalizadas de violaciones a los derechos humanos durante las protestas contra la desigualdad que estallaron el 18 de octubre. Más de 26 personas murieron durante las manifestaciones y miles más quedaron heridos o fueron detenidos, mientras la imagen del presidente se desplomó a menos del 10%.
Si bien los dichos sobre supuesta “interferencia extranjera” no son nuevos -el Departamento de Estado de EEUU llegó a mencionar “indicios de influencia de Rusia” en las manifestaciones- las palabras de Piñera fueron recibidas con furia, tanto por sus opositores como por miembros de su propia coalición de gobierno, Chile Vamos.
Manuel Ossandón, senador por el derechista Renovación Nacional, dijo al diario La Tercera: “Basta. Chile vive un momento decisivo. Estas declaraciones no ayudan; relativizan y dividen”. El jueves, en un video divulgado por sus redes sociales, Piñera intentó disculparse: “Al referirme a ciertas ‘fake news’ en entrevista con CNN, no me expresé en forma suficientemente precisa”. Luego aseguró que “las violaciones de los DDHH deben ser condenadas siempre”.
Esto ocurre en medio de un período ya incómodo para el presidente. La semana pasada, el gobierno entregó a los fiscales un informe que, según dijo, había sido enviado a su agencia de inteligencia por una fuente no revelada que analizó 5 millones de cuentas de redes sociales tuiteando coludidas en el momento más álgido de los disturbios.
El informe, aseguró el gobierno, destaca que “uno de cada cinco tuits sobre los disturbios se generó fuera de Chile”, y entre las cuentas más activas se encontraban los seguidores de la cultura K-pop de Corea. Este viernes, a través de redes sociales los fans del “K-Pop” convocaron a la céntrica Plaza de la Dignidad (explaza Italia) de Santiago con la promesa de un concierto de la popular banda surcoreana BTS. Un fuerte contingente policial rodeó el sector la mayor parte de la tarde y hubo choques entre manifestantes y Carabineros. Finalmente, la Plaza fue ocupada por los manifestantes.