Enfrentando el desafío de lidiar con la violencia en los principales sin más la violación de los derechos del hombre

Descontrol. Una multitud fue forzado en la mañana de ayer a la presentación de un supermercado en Valparaíso. Este fue uno de los muchos episodios de violencia registrados en las diferentes regiones de Chile.

En la noche de martes a jueves, de estos «acontecimientos graves» se registraron en varias ciudades del país, con incendios y ataques contra el colectivo, de la metropolitana, estaciones de ferrocarril, en las oficinas de un periódico y un tradicional hotel en La Serena (norte), lo que ha llevado Piaera para advertir de que » en muchos lugares, el orden público ha sido superado.»

«La violencia a causa de los daños que pueden ser irreparables», agregó el mandatario en el palacio de gobierno, en la que ha empujado el Congreso para aprobar la legislación para aumentar las sanciones para aquellos que causan el desorden, y anunció que, a partir del lunes, de 2.500 nuevas políticas se integran en los esfuerzos de control. La nueva noche de ira que se ha llevado a cabo el intento de la representante de avanzar en un plan para la «reconstrucción» del país, que se enfrenta a su peor el malestar social desde el retorno a la democracia en 1990, desde el retorno a la democracia en 1990.

Ninguna medida social, tales como el incremento en las salidas de pensión mínima del 50 por ciento en dos años, o el histórico » acuerdo político para cambiar la Constitución heredada de la dictadura de Augusto Pinochet (1973-1990) han tenido éxito en la reducción de los niveles de tensión en el país, de los cuales 23 fueron asesinados, miles de heridos y daños para el comercio, los distintos bienes y muebles en público desde que comenzaron las protestas.

«Es el momento de decir basta. El gobierno hace su trabajo con todos los instrumentos de la democracia «, advirtió el Señor Piaera, que, a pesar de sus palabras de poder, ha canalizado la situación.

40 días de las protestas, el vandalismo ha tomado un nuevo impulso. En la ciudad de La Serena, a unos 480 km de Santiago, encapuchados saquearon y quemaron el tradicional hotel Costa Real en la mañana de ayer.

En el puerto de la ciudad de San Antonio, en la región de Valparaíso, el lío que se ha reproducido con el vandalismo, que incluyó la quema de las oficinas del periódico local El L der, un ataque contra los medios de comunicación en la que se reproducía la comisión, al inicio de la convulsión, cuando se quemó el diario El Mercurio de Valparaso, el periódico más antiguo de Chile.

Más hacia el sur, de Concepción, una manifestación masiva – se reunieron en el medio de la huelga de dos días en la llamada de los principales sindicatos de trabajadores de chile (CUT) – terminó con incidentes entre los hombres en la pasamontañas y la policía.

En Santiago, dos estaciones de metro han sido dañados, agregando problemas a esta red, el primer objetivo de la explosión de las revueltas con más de 70 estaciones dañado.

En el inicio de la jornada, el movimiento de los «Sin Etiqueta», lo cual implica una disminución en el precio de los peajes y de la pérdida de la deuda con los usuarios – ha recouplé las principales rutas de acceso a Santiago.

Durante este tiempo, la organización de empleadores de los camioneros, de la Confederación nacional de transporte de mercancías (CTSC), ha advertido de que si los poderes del Estado «no son capaces de garantizar los derechos fundamentales, como la libertad de movimiento, la democracia deja de existir en la realidad.»

Con la misión de mantener el orden público, la policía, Carabineros se desplaza a las preguntas de los organismos internacionales que advierten de los «graves» violaciones de los derechos humanos y el agotamiento causado por más de cuarenta días de duros días en la calle.

«Los actos de violencia que los Carabineros en vivo, choques con esta gente es muy violenta que nunca hemos visto antes, es tan complejo como para ser capaz de actuar, junto con la fatiga y el agotamiento», dijo su portavoz, Julio La Santelices.

Cuatro de los 23 muertos son acusados de la intervención del ejército – que mantiene las calles de nueve días en el comienzo de la crisis, mientras que otro fue causado por un miembro de la policía de Carabineros.

Miles más han sido heridos, de los cuales casi 300 con el número de lesiones oculares causadas por perdigones disparados en la cabeza, uno de ellos con ceguera total.

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