Nuevos datos revelan, a través de los servicios de inteligencia británicos, movimientos «conservadores» a través de las fuerzas navales rusas. Como indican el balance y las noticias sobre las posiciones de ambos bandos, el ejército ruso se encuentra en una situación delicada.
Según afirman en su defensa, «reubicarán muchos de sus prestigiosos activos», entre los que estarían sus barcos y submarinos capaces de lanzar misiles de crucero, desde la región de Sebastopol hasta Novorosiisk, al este.
También afirman que la posición de Ucrania sobre el noroeste del Mar Negro ha obligado a la BSF a protegerse contra buques no tripulados y vehículos aéreos no tripulados.
Todo ello ha provocado que Moscú se «guarde la ropa» y esconda sus cartas, porque si bien sus rasgos en la orilla occidental del Mar Negro permanecen casi intactos, lo cierto es que cualquier paso en falso le puede salir caro al Kremlin.
En este sentido, el Reino Unido destaca que las BSF han seguido atacando a Ucrania con misiles de crucero, algo que seguirán haciendo desde el este del Mar Negro.
A pesar de esto, y según la inteligencia británica, los beneficios de un ataque de una gran flota rusa contra buques mercantes ucranianos pueden poner en serio peligro cualquier opción de éxito ruso, suponiendo peligros mucho mayores para los beneficios que puedan resultar del bloqueo comercial de Ucrania.