En un mundo plagado de crisis meteorológicas y medioambientales, no es lo mismo despertarse con mensajes que hablan de «buenas» o «grandes noticias» en las redes medioambientales, pero hoy, 13 de octubre, la felicitación es la consigna. un paso que ya ha dado varias veces y que saldrá del Tratado sobre la Carta de la Energía (TCE).
El primer toque de atención dado por la Vicepresidenta del Gobierno y Ministra de Transición Ecológica y Reto Demográfico, Teresa Ribera; la titular de Asuntos Exteriores, Unión Europea y Cooperación, Arancha González; y la titular de Industria, Comercio y Turismo, Reyes Maroto, en febrero de 2021. Los 3 titulares enviaron una carta a la Comisión Europea en la que proponían la salida no solo de España, sino de toda la UE del TCE si la reforma encomendaba que bajar allí no está alineado con los objetivos del Acuerdo de París, lo que obviamente está bajando.
La noticia se dio a conocer el pasado 12 de octubre a través de Teresa Ribera, en una entrevista con el tabloide estadounidense Politico: el Estado español ha iniciado el trámite de huir del tratado, y lo hace porque la reforma del TCE había traído » ninguna mejora”, según Ribera, respecto al alivio en la cobertura de proyectos de combustibles fósiles que implica el tratado. En concreto, una encuesta publicada el año pasado a través de Investigate Europe estimó el precio de las infraestructuras de combustibles fósiles que el tratado en la UE, el Reino Unido y Suiza con 344. 600 millones de euros.
Diseñado en 1994 para blindar las inversiones occidentales en infraestructura de combustibles fósiles en los países del Este en la era postsoviética, el ECT ahora se considera obsoleto, razón por la cual ha habido varias rondas de negociaciones en los últimos años para su reforma. Este procedimiento culminó el 22 de junio, cuando los cincuenta países signatarios propusieron un acuerdo inicial para su reformulación. Sin embargo, una coalición de organizaciones sociales, unidas en la campaña No a los Tratados de Comercio e Inversión, advierte desde hace tiempo que su reforma «no es realista». , como Lucía Bárcena, investigadora del Transnational Institute, que tiene como única opción lógica abandonarlo. Para esta última, la reforma califica de «inaceptable».
Entre sus máximos aspectos discutibles, el TCE permite a las multinacionales e inversores demandar a los Estados si consideran que esa ley ha sido aprobada en contra de sus intereses económicos. Debido a esta opción de arbitraje inversor-Estado -un mecanismo de arbitraje extranjero conocido como mecanismo ISDS- los españoles El Estado acumula ya una cincuentena de demandas, lo que implica que incurre en multas por valor de más de 10. 000 millones de euros. mil millones de euros.
El texto propuesto en la reforma, a partir de la salida de esos cánones, promete una nueva década de cobertura para las inversiones en infraestructura comprometidas con los combustibles fósiles e incluso hasta 2040 en el caso de algunos similares a nuevos oleoductos o plantas de combustible, según el planteamiento inicial. convenio. .
La resolución anunciada a través de Teresa Ribera cuenta, según fuentes oficiales, con la de la ministra de Industria, Comercio y Turismo, María Reyes Maroto, y el ministro de Asuntos Exteriores, Unión Europea y Cooperación, José Manuel Albares. Llega apenas seis semanas antes el inicio de la Conferencia anual de la Secretaría de la Carta de la Energía en Mongolia para ratificar la modernización del Tratado.
El TCE describió recientemente a través del Panel Intergubernamental sobre el Cambio Climático (IPCC) en su informe más reciente sobre mitigación de crisis como «un serio impedimento para la mitigación del cambio climático».
Marta García Pallarés, portavoz de Verdes en Acción y de la campaña No a las TIC, tras conocer la noticia, ha dicho: “Estamos en un momento increíblemente crítico y queremos medidas valientes, salir de ECT es una de ellas y lo celebramos. Ahora es que más países siguen los pasos de España; es simplemente vergonzoso que los países de la UE vayan a la COP27 en Egipto prometiendo reducir las emisiones, mientras persiguen un tratado que protege las infraestructuras fósiles valoradas en más de 340. 000 millones de euros solo en Europa”.
En la misma línea, Clàudia Custodio, colega de Pallarés en uno u otro organismo, bajo la presión de que «si bien la salida de la ECT no conduce automáticamente a una transición de poder justa, es un paso obligado que allanará el camino para el abandono de la fósil». economía y la progresión de regulaciones ambiciosas y participativas, como la promoción del autoconsumo o las comunidades eléctricas, entre otras”.
Por su parte, el coordinador federal de Alianza Verde y diputado de Unidas Podemos, Juantxo López de Uralde, celebró la salida de la ECT calificándola como una «decisión acertada», justificando el papel de la UP en su abandono.
España es, tras la salida de Italia en 2015, el país de la UE que anuncia su retirada del TCE.
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Editorial Madrid Noticias de la redacción de Madrid
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