Pedro Sánchez: la última guerra del líder máximo resistente

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Pedro Sánchez se presenta a las elecciones legislativas de este domingo contrario a la corriente. Tras la debacle autonómica y municipal sufrida por el PSOE el pasado 28 de mayo, un sentimiento de reposición de ciclo se ha instalado en España. Pero el presidente del Gobierno y candidato socialista está acostumbrado a ganar batallas aún más difíciles. Estos son los pros y los contras de su FODA, una evaluación de sus debilidades, amenazas, fortalezas y oportunidades.

La siguiente tabla interactiva muestra las palabras clave del análisis de candidatos. Cada término se desarrolla en los textos que aparecen más adelante.

Vestuario personal La popularidad del líder ejecutivo no vive su momento más productivo. Tras esos 4 años de legislatura, su figura genera un rechazo masivo entre el electorado conservador. más voces que sentimiento antivox. La tesis se comprobará el domingo, pero el 28M ha dado una primera pista. El PP se lo jugó casi todo a la carta del antisanchismo y acabó apoderándose de una parte gigante del poder territorial.

Los criterios cambian. El presidente del Gobierno tiene hemeroteca. Cuando llegó a la dirección del PSOE en 2014, repetía sin descanso que no tenía como objetivo «pactar».

Ley del «solo es». Este es el «mayor error»

El derrumbe de 28M. Sánchez no se esperaba tal resultado. Sus colaboradores habían afirmado semanas antes la fortaleza del PP de cara a las elecciones autonómicas y municipales, pero estaban seguros de que se mantendría casi toda la fuerza territorial. El PSOE, sin embargo, acabó diciendo adiós al gobierno en seis autonomías y 11 capitales de provincia. Las federaciones partidarias entraron en «shock», deprimidas y poco musculosas, pero Sánchez diseñó una cruzada en la que no les pidió mucho esfuerzo. El presidente priorizará entrevistas en medios y jugó en muy pocos mítines, a pesar de que en este último tramo sumó un acto imprevisto en provincias donde los socialistas detectaron escaños en juego.

Las tensiones al interior de la coalición han sido constantes en la legislatura, especialmente por la denuncia de Unidas Podemos, que se intensificó en la recta final. No solo por la ley del «solo sí es sí» y la guerra en Ucrania. También por la la política de vivienda, la falta de derogación de la «ley mordaza» y el valor de la compra de la cesta de la compra. Todo este «ruido», como las alianzas parlamentarias con ERC y EH Bildu, posiblemente desmotiven a parte del electorado históricamente socialista, ahora se sitúa en la abstención, pero el entorno de Sánchez está convencido de que la sustitución de Pablo Iglesias por parte de Yolanda Díaz ayudará a atenuarla.

Apatía del electorado progresista. El 28M encarna las diferencias de tensión electoral entre el electorado de derecha y el de izquierda. Mientras los votantes conservadores, tanto del PP como de Vox, se hipermovilizaron, la apatía barrió a los progresistas. Todas las encuestas, salvo la del IEC, sitúan a Alberto Núñez Feijóo en una Mérito transparente sobre Sánchez, y con una inteligente posibilidad de lograr la mayoría absoluta si él con Vox, pero las puntuaciones del PSOE son similares a las que logró en noviembre de 2019: cerca del 28% de los votos. Así casi todo el esfuerzo de los socialistas tienen como objetivo atraer a los abstencionistas.

Auto confianza. El presidente del Gobierno tiene un largo historial de superación. El caso más claro ocurrió en otoño de 2016. Sánchez se vio obligado a renunciar a la dirección del PSOE tras socavar dos veces seguidas el terreno electoral del partido y negarse a facilitar un nuevo Gobierno del PP Dio un paso atrás, renunció a su escaño en el Congreso, se fue a casa y desde allí vio cómo los socialistas se abstenían en la investidura de Mariano Rajoy. Luego se fue a las primarias. Lo tenía todo en contra salvo el malestar de un activismo inflamado por lo que acababa de pasar, y acabó siendo demoledor. En relación a esta batalla, Sánchez ya no ha sido tan peliagudo. Acostumbrado a luchar hasta el final, asegura han vuelto la campaña.

Economía. El conocimiento está ahí. Con una tasa interanual del 4,2 % (y en aceleración), España es el país de desarrollo más rápido de todas las principales economías de la UE, cuadruplicando la media europea. La inflación, del 1,6 %, también es la más baja. El empleo bate récords: 426. 000 nuevos contratos a tiempo completo en el primer trimestre de 2023. Es un escenario teóricamente propicio para que cualquier líder revalide su mandato, pero el 28 de mayo no importó. El PP cosechó su victoria gracias a una cruzada Basada en el rechazo de Sánchez a su coalición con Podemos y la connivencia con el independentismo. El PSOE cree que esta vez será diferente. Sin embargo, los socialistas han ideado una cruzada fundada en el riesgo de un gobierno de derecha y extrema derecha para la mitad y dando clases.

Progreso social. Algo similar ocurre con la obra social en esta legislatura, marcada por los avances en este ámbito. Reforma laboral. La revalorización de las pensiones. Equiparación de los permisos de maternidad y paternidad. Renta mínima vital. Reforma del aborto. La «ley trans». La llamada «solución ibérica»

Amenaza El gran enemigo de Vox. Sánchez no es Feijóo. Es la abstención del electorado progresista. Para movilizar a todo el electorado que debe quedarse en casa el 28M, el PSOE confía en la vuelta al riesgo que supone la «ola ultraconservadora»

Una de las principales razones de la pérdida masiva de fuerza territorial del PSOE el 28M, insiste Sánchez, es la falta de unidad de la zona a la izquierda del PSOE. A partir de ahora, todos esos partidos (desde Podemos a Compromís, Más País y IU) correrá en conjunto bajo la égida de Sumar, con Díaz como candidato. El noviazgo de Sánchez con el actual vicepresidente y ministro del trabajo, como él mismo explica, también es mucho mayor que el que tuvo con Iglesias.

 

Una semana después de adelantar las elecciones generales, Sánchez, proclive a los gestos ambiciosos, retó a Feijóo a celebrar cara a cara seis de ellas. Era una iniciativa sin precedentes, y el líder del PP, que busca amenazar lo menos posible, la rechazó temporalmente. . Pero al final, sólo hubo un debate: el 10 de junio en Atresmedia. El PSOE tenía una gran expectación puesta en la nominación. Pero Sánchez, incapaz de tomar la iniciativa frente a un Feijóo muy competitivo, desperdició la oportunidad. Los socialistas, sin embargo, han entrado en razón en los últimos días gracias al enredo con las pensiones del candidato del PP, que aseguraba, contrariamente a la realidad, que su partido había actualizado esas prestaciones «según el IPC».

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