Nueva jornada de huelga general en Chile, mientras que la población exige la dimisión de Pi

Cuando se han dado cuenta de la presencia de los periodistas, los funcionarios de la acción ha izó una enorme pancarta en la que podía leerse : «Los trabajadores están avanzando «.

Otras pandillas han jugado en las presas similares en varias vías de acceso en el centro de Santiago de Chile, lo que ha llevado a enfrentamientos con las fuerzas de seguridad. Las movilizaciones también se ha expandido a otras regiones del país, como Concepción, Arauco, o en las proximidades de la ciudad de Iquique, en el norte del país, donde los activistas prendieron fuego a los peajes en la carretera.

Así comenzó el martes, el día de la huelga general decretada por los sindicatos, las organizaciones y movimientos sociales de la izquierda en Chile, lo que confirma que la actual crisis que está sufriendo el país amenaza con extenderse en el tiempo siguiendo la estela de la de 2011 movimiento de protesta, el estudiante considera que la antemeante la mayoría de los pre-clara de las protestas de hoy – comenzó en la primavera y duró hasta el final de este año.

Las imágenes eran muy similares a los observados lunes, el primer día de paro a los que la Oficina de la unidad social (SSM) ha insistido, que terminó en múltiples enfrentamientos entre jóvenes y la policía en el centro de Santiago, para el número de pasos de masa que se han desarrollado pacíficamente.

Las acciones de lunes había llevado a la interrupción de servicio de al menos 12 estaciones de metro en la capital, que se han cortado en el interior de varios contingentes de jóvenes. Las protestas también han sido desplazadas en varios centros comerciales de Santiago. En uno de ellos, los clientes han llegado a mammoth con los manifestantes, un signo de la creciente brecha social entre los diversos sectores de la población local.

Las movilizaciones han comenzado a convertirse en una imagen casi a diario de este país, incluyendo a la élite política sigue atrapada en el debate sobre una posible reforma de la constitución heredada de la dictadura y la adopción de las medidas reclamadas por los manifestantes, tales como el aumento de las pensiones, que, aunque aprobado por el Senado, fue rechazado por el Parlamento.

A pesar de los graves daños a la economía e infraestructura local en sí – sólo el metro de la capital de la ciudad terminó con 118 estaciones dañado en 136 que tiene – el debate político parece incapaz de superar la escisión entre facciones de la distancia, día tras día, desde otro sector, el de la población, que se levanta en la calle sobre una base diaria y requiere abiertamente la renuncia de Sebastián Piaera y es sospechosa de los acuerdos adoptados por los legisladores.

«Si no hay anuncios sociales brutal, es imposible que la gente no para continuar. En la calle, dicen: «Hemos ganado nada», dijo el legislador David Morales, del partido de la oposición de la Democracia cristiana en una entrevista con una estación de radio local.

El ministro del Interior, Gonzalo Blumel, ofreció el domingo un cuadro de diálogo de inmediato a los componentes de la MSS, en un abrir y cerrar de ojos, que ha accedido a esta última plataforma, como fue reconocido por el presidente del Colegio de profesores, Mario Aguilar, uno de los más de 140 asociaciones que forman parte de esta alianza, que continuó acusando al gobierno de ser «totalmente abrumado por lo que está sucediendo en el país».

Según las últimas cifras publicadas por el Instituto nacional de derechos humanos, las manifestaciones habían hecho cerca de 3.000 heridos en el 18 de noviembre, en la que más de un millar han sido afectados por los gránulos controvertido, utilizado por las fuerzas de seguridad.

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