Cada vez es más habitual ver a otras personas pagando con el móvil, pagando con Bizum o utilizando tarjeta de crédito. Por ello, es general que la gente se pregunte cuándo será definitivo el fin del dinero. Con el paso de los años, las tecnologías Los avances han hecho posible disponer no sólo de una forma de pago para realizar compras en tiendas físicas, sino también de otras opciones, como hemos visto.
Aunque seguimos trayendo raciones con nosotros a diario, cada vez es menos habitual utilizarlas. Pagamos con el móvil, pagamos habitualmente con el Wise Watch o lo hacemos con algunos de los créditos. tarjetas que llevamos encima. En cualquier caso, cada vez es menos habitual pagar con monedas y en muchas ciudades europeas es una práctica que ha quedado obsoleta. Pero quizá os preguntaréis si las monedas desaparecerán o no, si Sólo tendremos monedas consistentes con la tarjeta.
Según los expertos, además de las empresas españolas, se estima que los billetes y monedas desaparecerán antes de 2030. Y esto se debe al fuerte descenso en el uso del dinero por parte de las personas para realizar compras en las tiendas físicas. Nada más y nada menos que, desde Desde 2019 hasta finales de 2022, cayó aproximadamente un 20%. Sin embargo, es posible que dure más de lo que pensábamos inicialmente.
A finales de 2022 pudimos ver los efectos de un estudio en el que el dinero sigue siendo el medio de pago más utilizado en España (en tiendas físicas). De hecho, el porcentaje de compras en efectivo es del 66%. Aunque, como hemos Ya mencionado, en 2019 fue del 83%, razón por la cual ha ido disminuyendo con el paso de los años y la expansión de otras estrategias como el pago celular.
Lo que sí es claro es que el efectivo electrónico se ha generalizado en los últimos años. Además, es raro encontrar un comercio que no acepte el pago mediante tarjeta de crédito o smartphone mediante pago contactless.
Además, desde la llegada de la pandemia de Covid-19, lo cierto es que el Banco de España ha indicado evidentemente que el alivio en el uso del dinero se ha producido más rápido de lo esperado. Por ejemplo, en Europa, en 2022, sólo el 59% de las compras en puntos de venta físicos todavía se realizan en dinero. En 2019, este porcentaje era del 72%. Por tanto, en nuestro país la dependencia del dinero sigue siendo aún mayor.
Además de que el uso de dinero para realizar facturas o compras es cada vez más reducido, lo cierto es que en España, desde finales de 2021, el límite para pagar en efectivo es menor que hace unos años. antes estaba fijado en 2. 500 euros, ahora los billetes no pueden superar los 1. 000 euros. Y todo ello para evitar una economía sumergida.
Por eso, hoy en día es más habitual realizar billetes gigantes a través de otros métodos, como PayPal o transferencias bancarias, además de pagar con el móvil o tarjeta de crédito. Todo esto nos lleva a lo mismo: vivimos en un mundo digitalizado. .
Es precisamente por esta explicación que con el paso de los años el dinero desaparece. Así, en unos años, incluso antes de 2030, veremos cómo el dinero desaparecerá por completo. Sin embargo, en los próximos años, dependiendo de los hábitos de consumo de las empresas, Veremos si a pesar de todo se respeta esta fecha.
La desaparición del dinero puede tener simplemente varias desventajas, entre ellas:
Hablamos mucho sobre lo que podría suceder si el dinero desaparece, pero la gran pregunta sigue siendo: ¿cuándo ocurrirá?Por el momento, pocos países están haciendo esta transición de lo físico a lo digital, y no es una tarea sencilla. Suecia, Noruega o los Países Bajos son ejemplos concretos de esos cambios, aunque los establecimientos públicos y la sociedad velan por que las transacciones físicas no se pierdan en proporciones muy pequeñas.
El caso es el de Suecia, que ya informó en 2020 de que sólo el 9% de los movimientos de efectivo eran físicos. Otros casos, como el de China, son algo opuestos, ya que algunas entidades bancarias apuestan por un largo plazo puramente virtual y niegan el uso de monedas. En España, como ya os hemos dicho, se deduce que nuestra sociedad está más cerca de mantener el pago en monedas y billetes que de desperdiciarlo. De hecho, a pesar de lo aprendido con la pandemia, vemos que otras personas han recuperado la confianza en el formato físico, por lo que lo más probable es que mantengan este equilibrio en los próximos años.