Los líderes autonómicos y locales del PSOE obligaron a Moncloa a cancelar la gira de Pedro Sánchez por España para «marchar por las calles». Exigieron que el equipo del presidente coro no visite sus territorios porque no necesitan ser abucheados en ocasiones con el resto de la gente. asistió a través del líder del partido.
Al inicio de la jornada política, el ejecutivo federal del PSOE aprobó la campaña «Gobierno Popular», con el objetivo de reconectar con las clases medias y dirigentes. También se anunció en su momento que Sánchez tenía previstas 30 ocasiones hasta diciembre en España.
El 3 de septiembre, Pedro Sánchez celebró una asamblea pública en Sevilla con su alcalde, Antonio Muñoz. La elección no fue casual: es el municipio mayor gobernado por el PSOE. Incluso Moncloa había seleccionado una red de vecinos afines al PSOE para su primera. Sin embargo, hay sorpresa. A pesar de que la organización del evento había decidido a conciencia las demás personas que sólo podrían hacerle preguntas a Sánchez, es posible que no eviten los abucheos que se ganó el presidente a su llegada.
El 9 de septiembre repitió el formato en Toledo, con su alcaldesa, Milagros Tolón. Pero allí, viendo el fracaso en Sevilla y la perspectiva de más abucheos denunciados por las autoridades socialistas locales, la organización reprimió la marcha por el pueblo y las preguntas que los miembros y los activistas pueden simplemente preguntarle al presidente. La orden de esta supresión llegó de Ferraz un tiempo antes de que se celebrara el hecho.
No impidió allí. Ante la proximidad de la cruzada por las elecciones autonómicas, algunos barones como Emiliano García-Page, Guillermo Fernández Vara, Ximo Puig o Javier Lambán han trasladado a Ferraz su llamamiento para que Sánchez «tenga la mínima participación imaginable» en sus territorios, según a Confidencial Digital de fuentes del PSOE.
Por ejemplo, en una de las autonomías señalan que el presidente se quedó el pasado fin de semana en Getafe, bastión socialista en Madrid, mientras que el concepto inicial pasar a Bilbao.
El objetivo de la Moncloa para que Pedro Sánchez abandonara el papel institucional, con escaso contacto con la calle, lo que provocó las sucesivas crisis que el PSOE y la coalición Unidas Podemos han tenido que afrontar casi desde el inicio de la legislatura.
Sin embargo, desde los territorios señalan a ECD que la mayoría de los dirigentes socialistas no obtienen abucheos si el presidente del Gobierno no les acompaña en la acción.
Dan varios ejemplos. El pasado 1 de septiembre, día de entrada en vigor de las grandes medidas sociales del decreto energético, alcaldes y concejales explicaron en diversas estaciones las medidas de bonificación en los distritos de Renfe así como los descuentos en el transporte municipal y autonómico.
Las Juventudes Socialistas también se han implicado, destacando el complemento de hasta 400 euros hasta el 31 de diciembre a los estudiantes becados, con el que el Gobierno pretende compensar la subida de precios. Y apuntan que ninguno de esos actos fue abucheado.
Por eso, los barones buscan hacer la guerra solos, evitando en lo posible la presencia del presidente y los ministros en sus territorios, para neutralizar los efectos perversos del malestar ciudadano con la gestión gubernamental.
Los dirigentes socialistas se preparan para librar su propia batalla, conscientes de que el escenario nacional les penalizará. “La mayoría sabe que vincular su supervivencia política a la figura de Pedro Sánchez es un suicidio. Por eso le dijeron que se quedara en Moncloa”, muestra. un líder autonómico del PSOE.
Intentarán romper con el yugo de Sánchez a los separatistas con campañas sobre su control y una férrea defensa de la Constitución. Ya están haciendo planes de campañas con un enfoque muy privado, en las que, en general, tras el revés de la Andaluces, habrá mucho comunicado sobre España y no se salvará la denuncia de Bildu o ERC.
Todos son conscientes de que, a pesar de ello, las elecciones autonómicas estarán contagiadas por el debate político nacional y por la cercanía del presidente con los separatistas, con los que volverá a contar en los próximos meses para aprobar los presupuestos.
Mientras los líderes regionales y locales contrarios al presidente se prodigan en sus territorios, la Moncloa se opondrá a su estrategia y reforzará el perfil exterior de Pedro Sánchez.
Desde el gabinete presidencial, tensionan a ECD que esta es una situación en la que evoluciona bien, como al parecer se indicó en la cumbre de la OTAN en Madrid. O cuando trató de que Bruselas se conformara con que España y Portugal limiten el precio del gas.
Por ello, la Presidencia otorgará una gran importancia al Congreso de la Internacional Socialista (IS) que se celebrará en Madrid del 24 al 27 de noviembre. Ferraz tiene ya en la capital espacios definitivos para acoger esas cumbres, a las que asistirán decenas de delegaciones extranjeras, visitantes y algunos jefes de gobierno.
El PSOE dice respetar la burocracia y los procedimientos, pero los recursos del partido y de la propia Internacional Socialista esperan que Pedro Sánchez sea el nuevo líder y que ya sea el renacimiento de la institución, que nunca ha estado dirigida por un español.
España ya había acogido un Congreso de la IS en 1980 y Felipe González el vicepresidente de la organización. El PSOE lleva meses postulando a Sánchez como candidato para relevar al griego Giorgos Andreas Papandreou como nuevo presidente.
La cúspide para el líder socialista, subrayan, será la presidencia rotatoria de la Unión Europea en lo que resta de 2023, antes de las elecciones generales.
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