El alcalde de Cáceres, Luis Salaya, expresó ayer su «rotunda» condena a la agresión sufrida el miércoles en Gil Cordero por un hombre de 56 años que se dirigía a participar en las protestas contra el Gobierno. Llevaba una bandera de España y una camiseta con el lema ‘Sánchez, dimisión’. Según la Policía Local, ese fue el motivo de que fuera increpado por otro hombre, de 50 años, lo que dio pie a una discusión que terminó con el primero recibiendo dos puñetazos en la nuca.
«En ningún caso la violencia puede estar justificada, ni siquiera como respuesta a ningún tipo de expresión por mucho que pueda ofender», dijo el alcalde.
En relación a la marchas de protesta contra el Gobierno que desde el pasado lunes se vienen repitiendo a las 21.00 horas en Cánovas y su entorno, Salaya no quiso dar su opinión, e indicó que no tiene motivos para dudar de su legalidad. «Si nadie las está evitando es que están conforme a derecho y no seré yo quien se oponga a la libertad de expresión», apuntó.