La normalidad vuelve poco a poco a los juzgados tras el fin del estado de alarma y el Gobierno inicia su particular camino para hacer frente a todas las acusaciones que tiene pendiente por su gestión de la pandemia. En total, el Ejecutivo de Pedro Sánchez y algunos altos funcionarios acumulan 48 acciones penales en su contra en el Tribunal Supremo. 30 denuncias y 18 querellas que parten de acusaciones de abogados particulares, afectados por la COVID-19, sindicatos de funcionarios, policías, médicos o enfermeros, un partido político, un colectivo ultra o ciudadanos particulares, y por delitos como homicidio por imprudencia, malos tratos o denegación de auxilio.
Hasta ahora, la tónica general en otros juzgados había sido archivarlas por falta de indicios suficientes. Hasta el momento, la única juez que ha abierto un investigación fue la titular del Juzgado de Instrucción número 51 de Madrid, Carmen Rodríguez-Medel, en la causa contra el delegado del Gobierno en Madrid, José Manuel Franco, al que se acusaba de prevaricación por permitir la marcha del 8-M en la capital del país. Este proceso, al que se dio carpetazo, tuvo un marcado tinte político por el polémico informe que elaboraron los expertos de la Guardia Civil, que contenía algunas imprecisiones y a la postre provocó el cese del coronel Diego Pérez de los Cobos por «no informar de las investigaciones» al ministro de Interior, Fernando Grande-Marlaska, que justificó la decisión alegando «pérdida de confianza».
La Abogacía del Estado, por su parte, acusó a la juez de intentar abrir una «causa general» contra la gestión de la crisis sanitaria realizada desde el Centro de Coordinación de Alertas y Emergencias, el Ministerio de Sanidad y el Gobierno, y llegó a afirmar que la Policía Judicial «se extralimitó» al pedir documentación al centro sin una orden judicial.
También se han rechazado ya al menos cuatro querellas contra el director de dicho centro, Fernando Simón, que fueron presentadas por la Asociación Española de Víctimas del COVID-19 (Adavic-19), la Asociación contra la Gestión del Coronavirus, la Unión de Consumidores José María Mena y una particular.
Lo cierto es que nunca antes la Sala Segunda, presidida por Manuel Marchena, había recibido tal avalancha de acciones penales en un periodo tan corto de tiempo por un hecho concreto, pero algunos magistrados del alto tribunal creen que no será necesario iniciar una causa general que agrupe todas estas acciones penales.
Cabe recordar que a finales de marzo Víctor Valladares acudió al Supremo para denunciar al presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, por delitos de prevaricación y/o lesiones por imprudencia profesional por permitir la Delegación del Gobierno las marchas del 8-M. Entre los colectivos que se han sumado a la oleada de denuncias se encuentra el CSIF, que el pasado 31 de marzo acusó a Illa de «falta de previsión» y dotar al personal sanitario de «insuficientes medidas de protección». Vox también respalda la ofensiva judicial por delitos de imprudencia grave con resultado de muerte.