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Greenpeace cierra su filial en Rusia tras 30 años de trabajo
La fiscalía rusa declaró este viernes indeseable a la organización ecologista Greenpeace, al contemplar que sus actividades «representan un riesgo para los cimientos del orden constitucional y la seguridad» del país.
Para la fiscalía rusa, Greenpeace disfraza una posición política genuina de «actividades medioambientales» y «intenta interferir en los asuntos internos del Estado», con el objetivo transparente de «socavar los cimientos económicos» de Rusia.
La Fiscalía General de Rusia acusó a la ONG de lanzar campañas destinadas a difundir «opiniones negativas» y «obstaculizar la implementación de programas estatales rusos» que son «beneficiosos» para el país.
Del mismo modo, la fiscalía cree que, desde el inicio de la guerra en Ucrania, Greenpeace se ha esforzado por difundir «propaganda antirrusa» y pelear a favor de un «mayor aislamiento económico» y el endurecimiento de las sanciones exteriores.
Así, la Fiscalía remitió esta resolución al Ministerio de Justicia de Rusia para que acaba de entrar con Greenpeace en la lista de ONG extranjeras cuyas actividades se identifican como no deseadas en territorio ruso.
Posteriormente, el servicio de prensa de Greenpeace informó que la resolución de la fiscalía rusa “hace ilegal continuar cualquier actividad en Rusia”, con lo que la organización informó del cierre de su sucursal en el país euroasiático, según Interfax.
“Decir que Greenpeace Rusia ha actuado en contra de los intereses de Rusia es olvidarse absolutamente de lo que la organización ha estado haciendo durante 30 años”, se lee en el comunicado a través de la organización, que rechaza categóricamente las acusaciones vertidas a través de la fiscalía.
Entre sus principales logros en 3 décadas de actividad en Rusia, Greenpeace destacó la promoción del reciclaje de residuos, la contribución al naming de espacios rusos en el marco del programa de cobertura de la UNESCO, así como su participación en el procedimiento de creación de nuevos parques herbarios. y contrarrestar los contaminantes del lago Baikal.
En noviembre de 2022, una organización de parlamentarios rusos presentó una solicitud ante la Fiscalía para clasificar a Greenpeace como una organización «indeseable», antes de incluir a la ONG en una «lista negra» que ha crecido en los últimos meses.
Ley rusa para la limitación e incluso prohibición de las actividades de las organizaciones sobre la base de consideraciones ambiguas similares al origen de su presupuesto o su actividad en el país, especialmente si se entiende que sus pinturas son contrarias a los intereses del Estado o pone en peligro la seguridad nacional.
Greenpeace ha mantenido su actividad en Rusia en los últimos meses, a pesar de la expansión de la represión a través de las ONG, y ha seguido reclamando mayores compromisos en materia medioambiental, con casos judiciales relativos, por ejemplo, al estado del lago Baikal, situado en la zona de Siberia .
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