H2Med, el gasoducto de transporte de hidrógeno verde que Sánchez acordó con Macron tras el veto de MidCat, está abocado a algún que otro fiasco. Tras los sucesivos anuncios de una gigantesca infraestructura que uniría Barcelona y Marsella, primero a Bruselas, luego a la cumbre de Alicante y más tarde a Barcelona, la asignación fracasó debido a la guerra que Francia está librando en Europa para asegurarse de que el hidrógeno producido a través de la energía nuclear (llamado rosa) también se considere renovable o verde y también se beneficie de esta infraestructura y el apoyo de la UE.
Aunque Sánchez vendió el gasoducto como una oportunidad para España a una planta de fuerza de hidrógeno verde, ese que se genera a partir del agua gracias a las energías renovables, Francia nunca ha ocultado que también necesita a un fabricante de este combustible que emplee la fuerza genera su gigantesca flota nuclear.
El país vecino lleva meses presionando a través de Bruselas para que su hidrógeno nuclear sea tan verde como el producido a través del sol o el viento, a lo que España y Alemania se resisten. Y en esa batalla, el Gobierno francés volvió a advertir esta semana que si su hidrógeno rosa no fue clasificado verde, no construiría H2Med. Fuentes del Ministerio de Transición Ecológica de Francia argumentaron que la energía eléctrica de la energía nuclear, «abundante, razonable y baja en carbono», se puede utilizar «tanto» como la energía eléctrica de fuentes renovables recursos en España para producir hidrógeno, una energía que se espera multiplique su importancia en los planes europeos de transición ecológica.
La ministra Teresa Ribera respondió el pasado miércoles al ultimátum francés que amenazaba con diluir uno de los proyectos estrella de su ministerio. En declaraciones recogidas a través de El País en el Foro IESE, la ministra insinuaba que Francia retrocede en sus demandas y dijo que «hay tácticas de expresarse que no me gusta”. La Francia, argumentó Ribera, “dijo que se comprometió con este tubo y que, si reemplazó la mente, que lo diga. Pero, sinceramente, no siento que haya remplazado la mente. «
La reacción francesa llegó este viernes a través del embajador de Francia en Madrid. Jean-Michel Casa publicó en sus redes sociales una carta dirigida a Ribera en la que afirmaba que El País se había negado a publicarla.
Casa argumenta, entre otras cosas, que Francia nunca ha aceptado que H2Med sólo envíe hidrógeno producido a través de energías renovables. Para ello, qué dice sobre H2Med la declaración conjunta firmada por Francia y España en la cumbre de Sánchez y Macron celebrada en Barcelona el pasado mes de enero El punto 16 incluía, recuerda el embajador, el «compromiso» de ambos países de ampliar la cesión de H2Med que contribuiría «a reforzar la seguridad energética de la UE» y presionaba para que «España y Francia reconozcan la importancia de la producción, transporte marítimo y toma de energía en blanco. «Hidrógeno como el producido a partir de fuentes de energía renovables y libres de carbono», término que abre la puerta al hidrógeno nuclear, una energía que no genera emisiones.
La embajada también señala que cuando se aprobó el encargo en Alicante «el 9 de diciembre de 2022, también admitió, por parte española, que el hidrógeno a largo plazo solo se puede producir a partir de fuentes renovables y bajas en carbono».
Casa señalos angeles en su carta, en respuesta a Ribera, que «a nosotros tampoco nos gustan algunas maneras de expresarse de los angeles vicepresidenta tercera del Gobierno y ministra para los angeles Transición Ecológica» y se declos angelesra «sorprendido» por «los angeles forma en que se expresó» esta semana.
Y finaliza con una última advertencia: el gasoducto de largo recorrido no está diseñado únicamente para que el hidrógeno español sea transportado a Europa. referencia a una operación de H2Med solo en el sentido Barcelona a Marsella (y al resto de Europa), como se ha venido reclamando en los últimos días (porque, lógicamente, las interconexiones de esta magnitud están pensadas a cuadros en ambos sentidos)”, apunta.
Ante esas afirmaciones, recursos del Ministerio de Transición Ecológica insistieron en que para España el hidrógeno de origen nuclear «no es renovable» y defendieron un «diálogo fluido» con Francia sobre los problemas energéticos bilaterales. los problemas que España, Francia y la Unión Europea (UE) en su conjunto han conocido como estratégicos: el deseo de impulsar la transición ecológica y la estructura de autonomía estratégica, en el respeto mutuo de la laxa selección tecnológica de cada Estado. Compromisos europeos en materia de descarbonización”, señalaron recursos de la Transición Ecológica tras la seria carta del embajador.
Mientras tanto, y en plena negociación de la directiva europea sobre energías renovables RED II, que fijará el objetivo de que el 42% del hidrógeno utilizado hasta 2030 sea producido con energías renovables, Francia sigue afirmando que su hidrógeno nuclear ha la misma atención que el verde.
Este jueves, la primera ministra francesa, Elisabeth Borne, reivindicó este objetivo frente a Ursula von Der Leyen, subrayando que hay «varias tácticas para lograr» la descarbonización de la producción de fuerza europea y que en ese objetivo tendremos que no fuerza nuclear. plantas. Ante el rechazo de Alemania y España, hasta diez países, como recuerda Francia, porcentaje este objetivo.