Negadores por la gracia de Pedro Sánchez

Incluso cuando pensamos en lo global como una vasta área donde se integran muchas otras personas, es inesperado encontrar un negacionista. Puede explicarse simplemente como este usuario ajeno a los avances clínicos, obsesionado con las hipótesis derivadas del momento y alimentado sobre la base de teorías de conspiración sin fundamento aparente.

No me he encontrado personalmente con ninguno de ellos, debo decir. Pero seguí la ocasión convocada el pasado domingo en Madrid a través de los que anuncian sublevación contraria al uso de la máscara y dudan de los propios estilos de vida de esta pandemia.

Como alguien dijo ingeniosamente, esas otras 3.000 personas acumuladas en la Plaza de Colón pueden estar ofreciéndose ahora generosamente para tratar a esos miles de otras personas inflamadas – según ellos, «falso» – para actualizar a las enfermeras que voluntariamente dejarían sus puestos de trabajo. evitar arriesgar su vida.

Así, todo el mundo estaría contento: los desterrados posiblemente confirmando su tesis y avergonzando al global por su credulidad y mojigatería; y el personal de acondicionamiento físico se mantiene alejado del virus tanto como sea imaginable de acuerdo con los criterios de sentido fundamental no inusuales.

Dicho esto, necesito hacer un aporte que no se pase por alto: en mi opinión, este tipo de comportamiento es resultado directo de las mentiras del gobierno. Pedro Sánchez ha contribuido al surgimiento de este tipo de locura colectiva nutriendo el concepto genuino de que nuestros líderes no nos están diciendo la verdad total.

Si un ciudadano percibe obviamente que sus líderes le están engañando, tiene derecho a empezar a dudar de todo. ¿Es cierto que lo acaba de decir o es algún otro invento como el que demostró hace unos días? Si me engañaron allí, también pueden comprobarlo para meterme en otros problemas … Y así sucesivamente.

En ese sentido, me llamó la atención el caso del inexistente comité especializado que pretendía ser creado para asesorar al gobierno en la desescalada. Es increíblemente grave que solo cuando la Defensoría del Pueblo, a través del Consejo de Transparencia, le preguntó al Ministerio de Salud por el hecho de que el engaño reveló. Se había dicho una cosa y la verdad otra.

Y el asunto transcurrió sin dolor ni gloria. ¿Alguien ha renunciado? ¿Algún miembro del ejecutivo ha cedido su cargo al presidente? ¿Ha quedado impune algo tan grave? Realmente. La mentira se descubrió en la tarde del 30 de julio, es cierto, al inicio de las vacaciones para muchos españoles. Pero es inesperado que todo sea nada. Un gobierno está atascado en una renuncia en un asunto tan delicado y ha sido como quien oye llover.

En un contexto como este, insisto, aquí es donde surgen los negadores. Se entiende que un ciudadano empieza a dudar de la información oficial, a concluir que vive en una falsa verdad donde muchos mienten: científicos, empresarios, policías, funcionarios del gobierno, newshoundsArray .. Todos pueden conspirar simulando una vida rosa que cubre su genuino enjuagues ocultos.

Esto es lo que ocurre cuando los miembros de un gobierno se equivocan. Estos polvos, esos lodos. No dejes que se rasguen sus vestidos ahora.

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