Xi cree que China puede frenar el cambio climático. ¿Y si tiene razón?

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Ensayo invitado

Por Jacob Dreyer

Dreyer, editor especializado en ciencia y economía política china, escribió desde Shanghai.

A primera vista, resulta que Xi Jinping ha perdido la pista.

Resulta que el presidente chino está sofocando el dinamismo empresarial que ha permitido a su país salir de la pobreza y de la fábrica del mundo. Descartó la máxima de Deng Xiaoping «Hacerse rico es glorioso» en favor de planes centrales y eslóganes que suenan comunistas como «civilización ecológica» y «nuevas fuerzas productivas de calidad», lo que provocó predicciones sobre el fin del milagro económico de China.

Pero Xi ha estado apostando durante décadas a que China puede dominar la transición global hacia la energía verde, con su Estado unipartidista actuando como fuerza impulsora de una manera que los mercados flexibles no pueden o no quieren. Su propósito final no es sólo resolver uno de los trastornos más urgentes de la humanidad: la renovación climática, pero también posicionar a China como el salvador global en el proceso.

Esto ya ha comenzado. En los últimos años, el alejamiento de los combustibles fósiles ha afectado al Sr. Xi y ha sido el hilo conductor de las políticas comerciales de China. Esto está dando sus frutos: China es ahora el principal fabricante mundial de tecnologías respetuosas con el clima, como paneles solares, baterías y vehículos eléctricos. El año pasado, la transición energética fue la principal fuerza motriz de la inversión y el crecimiento económico general de China, convirtiéndola en la primera economía primaria en lograr este objetivo.

Esto plantea una pregunta vital para Estados Unidos y para la humanidad en su conjunto: ¿Tiene razón Xi?¿Está una fórmula estatal como la de China preparada para resolver una crisis generacional como el cambio climático, o es una estrategia de mercado descentralizado (es decir, al estilo estadounidense) la respuesta?

La forma en que esto se desarrolle puede tener serias implicaciones para la fuerza y ​​la influencia estadounidenses.

Mire lo que sucedió a principios del siglo XX, cuando el fascismo era una amenaza global. Estados Unidos entró tarde en el combate, pero con su fuerza comercial –el arsenal de la democracia– salió victorioso. Quien abre la puerta hereda el reino, y Estados Unidos se embarca. en la construcción de una nueva arquitectura de la industria y las relaciones exteriores. La era del dominio estadounidense ha comenzado.

De manera similar, el cambio climático es un desafío global que amenaza a nuestras especies y a la biodiversidad global. ¿Dónde ubican sus soluciones Brasil, Pakistán, Indonesia y otros países emergentes, que ya sufren los efectos del cambio climático?un camino asequible hacia la descarbonización y, hasta ahora, China está ofreciendo el máximo de paneles solares, automóviles eléctricos y mucho más. Las exportaciones de China, impulsadas a través de tecnologías verdes, están en auge, y gran parte de la expansión se debe a las exportaciones a los países emergentes.

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