La inteligencia británica dice que «casi con certeza» cree que las fuerzas armadas rusas han comenzado a emplear sus propios drones suicidas en Ucrania.
Ha detectado un rendimiento «variable», dicen, de esas nuevas armas, dada la efectividad de los sistemas de defensa aérea ucranianos a la hora de neutralizar amenazas máximas.
Desde el inicio de la ofensiva, Rusia ha confiado en la tecnología iraní. Ya importó drones Shahed de Irán en septiembre de 2022, lo que motivaría a Rusia a diseñar sus propios productos.
Londres contempla la opción de que será cuestión de meses que Moscú deje de contar con proveedores externos y se autoabastezca con este tipo de generación que, hasta el momento, no ha supuesto un punto de inflexión en el campo de batalla. Hasta ahora, sin embargo , «seguirá contando con piezas o armas de Irán», que básicamente se exportan por el Mar Caspio.