Las finanzas sostenibles abarcan una amplia diversidad de prácticas monetarias, productos, intermediarios, agencias reguladoras y de puntuación. La caja de las finanzas sostenibles está en crisis, con la aparición constante de nuevos jugadores, productos o estándares. Esta expansión ha sido lenta desde 2015, cuando se firmaron los Acuerdos de París y se publicó la Agenda 2030 de Naciones Unidas, que comprende los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS). Por ejemplo, en 2020, los activos de inversión sostenible bajo control alcanzaron el 35% del total de activos, siendo la categoría que más creció (Global Sustainable Investment Alliance, 2020). La emisión de bonos verdes aumentó un 49 % en los últimos cinco años.