Europa apura el paso, pero las presiones sobre Bruselas no dejan de crecer a medida que la emergencia sanitaria se convierte progresivamente en una emergencia económica originada por la recesión en la que el confinamiento sumió a la cuarta economía de la Unión Europea. El déficit se ha acumulado de forma peligrosa y alarmante. La deuda supera de lejos el valor total del PIB español y la presión socioeconómica comienza a pasar factura política al Ejecutivo.
Es por ello que el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, ha pedido este viernes a la UE una respuesta urgente y a la altura de la crisis provocada por el coronavirus, que incluya un plan europeo de recuperación económica que espera se apruebe el mes próximo, julio, y entre en vigor el 1 de enero de 2021.
Esta declaración de Sánchez implica que España aguarda con expectativa la inyección de liquidez de emergencia en un fondo con transferencias directas dispuesto por la UE en pro de financiar el mermado flujo de caja del país, que se ha excedido en su gasto público con subsidios en ayudas familiares y pagos de salarios por cuenta del Estado ante la crisis social y laboral que ha causado la pandemia.
«Cuanto más tiempo perdamos, más profunda será la recesión», ha subrayado el jefe del Ejecutivo en la reunión del Consejo Europeo celebrada por videoconferencia, en la que los líderes de la UE han debatido por primera vez la propuesta de la Comisión Europea para crear un Fondo de Fondo de Recuperación tras la crisis de la Covid-19.
La posición de Sánchez denota un escenario en el que podría llegarse a un punto de quiebre en las finanzas del Estado y se tenga que activar el paracaídas financiero de la UE con el objetivo de evitar que la recesión se convierta en una recesión prolongada con contracción perenne en la economía española. @mundiario
MUNDIARIO