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El presidente del Gobierno mantiene su hoja de ruta en el proceso de desescalada de descompresión social y económica. Tras considerar «insuficientes y frágiles» los logros alcanzados hasta la fecha en la contención de la pandemia y mostrar su rechazo a poner en riesgo la salud de la población con medidas «precipitadas» antes de levantar el confinamiento general, Pedro Sánchez volvió a desoír este domingo distintas peticiones lanzadas en el transcurso de la sexta conferencia telemática que mantiene con los mandatarios autonómicos después de anunciar que pedirá al Congreso la ampliación del estado de alarma hasta el próximo 9 de mayo.
Sánchez descarta, por ahora, permitir la actividad de deporte en solitario al aire libre a partir de la semana que viene y la apertura limitada y escalonada de comercios y pequeños negocios. Desbarata de esta manera las pretensiones de distintos presidentes, entre ellas las planteadas expresamente por el lehendakari Íñigo Urkullu y y de otros homólogos, partidarios del respeto de la singularidad de cada comunidad autónoma y de la aplicación del principio de subsidiariedad.
Asesorado por el comité de científicos y expertos que le marca las directrices sanitarias, el Gobierno unicamente ha dado luz verde a la salida de manera controlada a la calle de los menores de 12 años a partir del 27 de abril. Sin embargo, no ha perfilado aún las condiciones para regular esta actividad. Previsiblemente, el Ejecutivo concretará en el Consejo de Ministros de este martes los requisitos exigidos para el desconfinamiento de los niños, según avanzó, en rueda de prensa, el ministro de Sanidad, Salvador Illa.
Entre otras cuestiones, está por decidir si se establecerán turnos de salida y a qué distancia se pondrán alejar de sus domicilios y si los menores podrán ir a los parques y visitar también a otros familiares. Se sabe que tendrán que ir acompañados de un responsable familiar, aunque no si podrán salir dos hermanos juntos.
A la decisión de Sánchez respondió este domingo Urkullu con el mismo tono vehemente de anteriores ocasiones, aunque sus reproches bajaron ayer varios decibelios. Volvió a afear al presidente del Ejecutivo que no dijera «nada nuevo» en la reunión telemática más allá de lo que el sábado anunció por televisión y no dudó en insistir en la reapertura del comercio a partir del 27 de abril. En realidad, Sánchez solo ha atendido la salida de los niños.
En el cajón han quedado cuestiones como la reapertura limitada y escalonada de la actividad comercios, el establecimiento de un protocolo específico para el ámbito de la Educación, una vez contrastado con la comunidad educativa y, por último, la organización de la vuelta progresiva a la normalidad en la propia Administración pública.
Urkullu insistió este domingo en dos de sus demandas: la reapertura del comercio y la práctica de deporte al aire libre. Y basó sus propuestas en datos. Destacó el lehendakari que en Euskadi se «están cumpliendo los indicadores» que marca la Organización Mundial de la Salud. Entre los que figuran, por ejemplo, la reducción de casos, el aislamiento de nuevo contagios, la capacidad suficiente para realizar test, el no colapso del sistema sanitario, así como las aplicación de medidas preventivas en centros de trabajo y actividad social.
Volvió a referirse Urkullu al ‘modelo alemán’ y a las medidas que este país pondrá en marcha en breve. Entre ellas, la apertura de comercios desde este lunes, colegios desde el 4 de mayo y prohibición de eventos multitudinarios hasta el 31 de agosto. El lehendakari recordó que «conformamos un Estado compuesto con marcos competenciales claramente diferenciados que deben respetarse y con realidades socioeconómicas distintas». Y se refirió con ello a la ‘fase 2’ que baraja el Ejecutivo central. Una desescalada a lo largo de mayo que, tal y como reveló el sábado Pedro Sánchez, no será igual para todos los territorios. El lehendakari prefirió, «en lugar de hablar de desescalada asimétrica con el pilotaje del Gobierno español», hacerlo «de modo compartido y singularizado desde la coordinación y la corresponsabilidad. «Mantengo el ofrecimiento de colaboración», concluyó.
En la transición hacia «una nueva normalidad», el Ejecutivo central está dispuesto a diseñar una desescalada «cautelosa» que permitiría a los adultos salir a hacer deporte de manera individual y dejar salir a los mayores a pasear, aunque ha evitado concretar cualquier tipo de fechas. Sanidad admite haber puesto esta medida «sobre la mesa» tras caer ayer la cifra de fallecidos por coronavirus hasta los 410, la menor en un mes. Fernando Simón, director del Centro de Coordinación de Emergencias, reconoció que todos los profesionales sanitarios las hemos planteado pero insistió en que requieren «un control muy estricto. Lo que se va a permitir o no dependerá del Real Decreto nuevo que se emitirá en los próximos días».