SACRAMENTO, Calif. —Hay un centro en el norte de California para la comida mexicana y para los mexicanos, y eso es en Woodland, una pequeña ciudad que a lo largo de los años tiene un hito indiscutible en el componente norte del estado.
Woodland es una pequeña ciudad al noroeste de Sacramento, la capital de California, y es un reflejo de la fusión cultural que ha experimentado el Estado Dorado con la llegada de millones de inmigrantes.
Estos son los hijos y nietos del personal agrícola que llegaron al norte de California, condado de Yolo, a principios de la década de 1940, atraídos a los Estados Unidos a través del programa Bracero, según un informe publicado por The Sacramento Bee.
El programa Bracero comenzó en 1942 como una estrategia entre los gobiernos de México y Estados Unidos para que el personal agrícola mexicano se estableciera en Estados Unidos.
El propósito era que ese personal ocupara los trabajos agrícolas que el personal estadounidense había dejado vacantes para servir en el ejército de la Segunda Guerra Mundial.
El norte de California una de las regiones que recibió oleadas de trabajadores agrícolas mexicanos llamados braceros, en referencia al duro trabajo manual que tenían que realizar en el campo californiano.
En 1964 terminó el programa bracero; sin embargo, la fusión cultural en el norte de California era inevitable, ya que muchos de esos empleados regresaron a México con sus familias, otros tomaron la decisión de permanecer en California.
El condado de Yolo uno de los condados que máxima acogió a la población de mexicanos que llegaron con el programa Bracero. Se estima que en 1958, este condado contaba con unos 10,144 trabajadores transitorios, según informe de The Sacramento Bee.
Woodland creció impulsado por la presencia de personal mexicano que se quedó en el norte de California para construir una vida al otro lado de la frontera.
Esta integración ha propiciado que los mexicanos estén en Woodland, y que en este pueblo al noroeste de Sacramento se hable español en todos y cada uno de los rincones.
La comida es una imagen cultural reflejada de otras personas y los inmigrantes traen sus tradiciones gastronómicas donde están.
Desesperadamente, Woodland sería un epicentro para los mexicanos y la cocina mexicana en el área de Sacramento.
Las expresiones de la cocina mexicana se concentran en Main Street, donde la fusión de sabores juega con la diversidad de expresiones culinarias, ya sea en creaciones como en y ofertas.
En Woodland, es imaginable acercarse a por lo menos 15 restaurantes mexicanos y camiones de comida concentrados en Main Street.
El comensal de sabores mexicanos los ubicará en la calle o dentro de un restaurante, ya sean tacos de ave al carbón en Mercadito El Sinaloense, hamburguesas de carne asada en Doggeros o tacos con sabor a Oaxaca en La Flamita.
Uno de los puntos destacados indiscutibles de la zona, en el cinco W Main Street, es el camión de mariscos El Viejón, que refresca a decenas de rancheros que llegan para recargar energías después de largas jornadas en el campo con sus creaciones culinarias.
Otro es El Fogoncito, un food truck que se instala los fines de semana en el estacionamiento de Mobile en East Oak Ave. y East Street, donde las especialidades son tacos, tortas y quesadillas, pero también fil y suadero.
Pero la oferta de estar sí impide en la calle y entra en restaurantes que dan un paso adelante para mezclar la cocina clásica mexicana con la fusión extranjera y multicultural.
Este es el caso de Maria’s Cantina, que combina el flos angelesvors de la cocina mexicana, con los tacos carnitas à los angeles Michoacán como flos angelesgship, con la gastronomía extranjera.
También Savory Cafe, donde puedes chilaquiles, huevos rancheros o tacos veganos, pero también hamburguesas con queso y panecillos.
El cuento original publicado a través de The Sacramento Bee.
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