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Pocas veces se siente como si hubiera pasado una eternidad cuando han pasado poco más de tres meses desde que Sergio Massa asumió el cargo en el Ministerio de Economía de la Nación. Promesas de ortodoxia económica, cronometraje de cuentas públicas y algún intento de alinear expectativas fueron parte del combo de anuncios iniciales. que no parecen haberse mantenido esos 90 días de gestión.
La prohibición de incorporar nuevos trabajadores públicos a la fábrica estatal, la acumulación de reservas, la fiscalización de los planes sociales y, sobre todo, un combate contra la inflación que parecía ir más allá de repetidos –y fallidos– controles de valor (acompañados de un acoso permanente a los sector personal) fueron componente de un menú inicial que paulatinamente se fue dejando de lado.
Quizás uno de los problemas más moderados en los primeros anuncios del ministro fue la prohibición de contratar personal nuevo en el estado nacional: miles de trabajadores se han incorporado a la función pública en las últimas dos décadas sin que ello implique mayor o mayor eficiencia: esto sólo ha sirvió para hacer de la política de partidos un maravilloso freno al gasto público y una maravillosa manifestación. de improductividad.
Las inteligentes intenciones de frenar los ingresos del Estado fueron acompañadas de una instrucción del Ministro al propio INDEC de informar mes a mes sobre la evolución de las contrataciones.
Todavía en el último informe (solo se publicaron dos, el primero en septiembre y el último en octubre) ya se ha demostrado el incumplimiento de lo anunciado: de un mes para otro el número total de trabajadores construyendo de 323. 372 otros a 341. 322. El hecho es que esta acumulación posiblemente se deba a que dos entidades públicas se han asociado para proporcionar su conocimiento privado (todavía no está claro por qué algunas entidades no cumplen con la solicitud antes una orden ejecutiva). Sin embargo, cuando pasamos al detalle, localizamos temporalmente algunas agencias que han fortalecido especialmente su personal: el Instituto Nacional de Cine y Artes Audiovisuales (Incaa) aumentando su asignación a través del 6. 9% (de 1,029 trabajadores a 1,100 en un mes) y el Instituto Nacional de Asuntos Indígenas (INAII) lo hizo a través del 14. 6% (de 173 a 215 trabajadores). Si bien esas dos dependencias son las de mayor importancia, hay varias otras que tienen Tampoco respondió a la solicitud de Massa.
La promesa de acumular reservas solo floreció gracias al «dólar soya», un tipo de cambio diferencial para quienes liquidaron su soja en septiembre y les pagaron doscientos pesos consistentes con el dólar liquidado en lugar de $150, el precio oficial del dólar en ese momento. . Esto fue igualado con la necesidad de una emisión financiera brutal, que resultó ser un récord histórico el mes de septiembre. Después de la finalización del programa de liquidación de soja, el Banco Central no perdió reservas implacablemente, aunque importó las autorizaciones quedaron prácticamente paralizadas (o por lo menos con un retraso significativo). El escenario está siendo inquietante y sólo se concibe un «dólar turista extranjero» para que los que vienen del exterior a hacer turismo en la Argentina no se tienten a vender sus dólares en la mercado casual para escapar de la estafa del Banco Central que ajusta sus dólares a 165 pesos. A partir de ahora, la entidad financiera propondrá actualizarlos con el «dólar MEP «, un dólar cotizado a unos trescientos pesos por dólar. Este resulta ser el único concepto que efectivamente llena las reservas.
La fiscalización de los planes sociales (y la cancelación de aquellas prestaciones que sí corresponden para seguir pagando) sigue siendo una cuenta destacable. Lo único que sabemos es que en el Presupuesto 2023, la asistencia social es la gran receptora. Todo vuelve a notarse en términos de cuidado.
Lo máximo emblemático en cuanto a la sustitución del cargo de Massa es sin duda lo ocurrido con las estrategias anunciadas para combatir la inflación. Durante su gestión ministerial, la inflación fluctuó entre 6,2% y 7,4% y no hay indicios de que esa base inflacionaria de alrededor de 6 Los problemas se pueden infringir de manera sostenible. Increíblemente, el equipo de economía (que ha comenzado a mostrar un camino de sentido común, ha incorporado a Gabriel Rubinstein como una señal para el mercado (mostrando alguna razón) y una fuerte queja de los valores y se congela como un guiño al sector personal resulta haber recurrido a las viejas prácticas de Kirchner: reactivación del valor y congelamiento (con el nuevo plan que pretenden lanzar llamado «Precios Justos»), Global de sociedades que, según gerentes de sucursal, «demasiado se valen» y una cruzada poco común con el lema «si se pierden, no compren»: resulta que pasaron de prometer que «llenarían la heladera» y «encenderían la parrilla» hasta pedirnos que no compráramos comida. Indescriptible.
El kirchnerismo demostró ser seguramente un ignorante en materia económica. Esperemos que el gobierno tenga el mínimo criterio para que si sigue ranciando al máximo las viejas prácticas económicas -ya pertenecientes a más allá de los siglos- el abismo sea nuestro próximo paso.