Innovación tecnológica la tónica de una producción libre de CO2

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La industria química de Tarragona mantiene un intenso esfuerzo inversor para disminuir la huella de carbono de sus procesos y productos. Hoy en día, los principales referentes de la industria se centran en tecnologías de puerta de enlace que les permitan ir progresivamente en la consecución de los objetivos de descarbonización, siempre que las últimas tecnologías no sean competitivas y disponer en cantidades suficientes. Así, la transición energética y la economía circular se encuentran entre los nueve ejes prioritarios del Plan Estratégico de la Asociación de Empresas Químicas de Tarragona (AEQT) 2021-2023.

La industria química tiene previsto lanzar una ambiciosa técnica conjunta para la mejora continua en materia medioambiental, basada en una consultoría de prácticas inteligentes puesta a disposición de empresas afines.

Esta guía, pionera en su campo, dará a conocer el statu quo de un conjunto de criterios homogéneos en términos de minimización de efectos y neutralidad climática.

En este contexto, “el sector químico no solo busca disminuir sus propias emisiones, sino que asume el rol de facilitador de la transición energética para el resto de la economía a través de respuestas que hacen imaginables aerogeneradores, automóviles eléctricos u otros elementos disruptivos que se crean u optimizan mediante la contribución de la química y su innovación”, divulgan desde la AEQT.

Corporaciones líderes como Repsol, Dow y BASF, con una fuerte presencia en el recinto de Tarragona, han anunciado su objetivo de alcanzar la neutralidad en carbono hasta 2050. Las grandes multinacionales han elaborado una hoja de ruta para intentar resolver dos de las grandes situaciones exigentes a 0 emisiones : el primero, cómo forzar sus centros de producción sin emitir CO2; el segundo, cómo hacer sus productos a partir de materiales crudos sostenibles.

Como explica Pitu Boronat, Responsable de Asuntos Públicos y Servicios Corporativos de Dow Chemical Ibérica, «Queremos aprovechar al máximo el tiempo limitado que tenemos y comenzar a reducir las emisiones de CO2 tan pronto como sea posible a medida que surjan nuevas tecnologías que nos permitan alcanzar nuestro fin último de generar con 0 emisiones para que los consumidores finales puedan seguir disfrutando de sus productos cotidianos sin comprometer el medio ambiente.

Cambios ambientales

En una primera fase, antes de 2030, el primer reto -cómo abastecer los centros de producción- es hacer todos y cada uno de los esfuerzos, con la máxima generación efectiva disponible últimamente, en conseguir el máximo alivio de CO2 «a través de proyectos que vienen con la uso de energías renovables para forzar las unidades de producción, la electrificación de motores, así como ampliar la flexibilidad de nuestras crackers para que puedan pintar con mayor eficacia una amplia diversidad de materias primas.

Durante la parada prevista del cracker de Tarragona en 2021, se realizaron algunos de los ajustes para orientar la producción en la dirección ambiental adecuada. La parada, que duró 88 días y afectó a más de 3. 400 personas, permitió al corporativo reducir sus emisiones de CO2 a través de 8 % gracias a la renovación de todas las instalaciones eléctricas y una nueva turbina, entre otras mejoras tecnológicas.

“En una fase momentánea -dice Boronat- hacia 2030, será imprescindible replantearse la forma en que alimentamos los hornos de nuestros crackers, para ello tendremos que ubicar una fuente de calor alternativa a la que utilizamos últimamente, un combustible residual que se libera en el procedimiento de craqueo, que nuestros ingenieros han controlado para reutilizar como combustible de forma circular. . . el reto es que este procedimiento emite CO2.

En el futuro, el concepto es, en lugar de este combustible residual como combustible, convertirlo en una corriente de H2 (llamado hidrógeno circular) y CO2, a través de un procedimiento de reforma llamado Auto Thermal Reformer (ATR). El ya «limpio» circular el hidrógeno se puede reutilizar para calentar el cracker, mientras que el CO2, una vez capturado, se transportaría a un garaje». Este es un paso de ‘transición’ muy importante, especialmente cuando pensamos en el precio que tendrá este CO2 cuando el R

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