Durante la marcha, los manifestantes exigieron seguridad salarial y energética, especialmente topes en el cobro de electricidad, combustible y alquiler. Además, pidieron fletes públicos flexibles e impuestos a los ricos.
Los ciudadanos alemanes salieron a las calles de la capital en un momento en que el país con la mayor economía de la Unión Europea (UE) sufre una grave crisis eléctrica por los altos precios de los combustibles, derivada de las sanciones impuestas a Rusia, medida promovida a través de la dirección política de Bruselas con efectos perversos que han disparado el valor de la energía eléctrica en el viejo continente.
La inflación en Alemania está en su punto más alto en más de 70 años, alcanzando un 10,4% en octubre, según cifras oficiales publicadas el viernes. El aumento de los costos está afectando los presupuestos familiares y la industria en la economía más grande de la eurozona.
Y esta historia se limita a Alemania. De hecho, las protestas callejeras han estado de moda en toda Europa últimamente, ya que el invierno helado se acerca rápidamente con precios de energía exorbitantes.
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