La industria del entretenimiento estadounidense se rebela: «Es un monstruo de Frankenstein»

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Los Ángeles (Estados Unidos), 8 oct (EFE). – La industria del entretenimiento estadounidense está preocupada por los avances de la inteligencia sintética (IA), una generación que ya permite recrear la funcionalidad artística de sus profesionales y frente a la que siguen estando. en pie de guerra, buscando aumentar sus empleos.

Los nombres, imágenes, actuaciones e incluso voces de actores de Hollywood se pueden generar a través de esta herramienta virtual, que también se basa en textos escritos por guionistas y mejora su precisión a pasos agigantados.

El Sindicato de Actores de Estados Unidos (SAG-AFTRA) y el Sindicato de Escritores de Estados Unidos (WGA) han estado en huelga conjunta durante aproximadamente tres meses para poner fin a lo que, según ellos, equivale a «robo de identidad» e «infracción de obras». estudios y servicios de streaming.

Uno de los últimos ejemplos de otras personas que descaradamente han alzado su voz oponiéndose a la llamada inteligencia sintética generativa es Zelda Williams, hija del fallecido actor Robin Williams (1951-2014), tras enterarse de que su padre de voz coincidía con este mecanismo. casi una década después de su muerte.

«Este es un terrible monstruo de Frankenstein improvisado, el peor de la industria», dijo Zelda en su cuenta de Instagram.

La misma red social que utilizó Tom Hanks («Forrest Gump») para advertir de un anuncio que utilizaba IA para utilizar su símbolo y hacerle anunciar las ofertas de una clínica dental de forma ficticia e ilícita.

«¡ATENCIÓN! Hay un vídeo de un plan dental con una edición mía con IA. No tengo nada que ver», dijo en Instagram. Escritores y YouTubers también piden una mayor protección.

El año pasado, incluso antes del «boom» de popularidad del conocido ChatGPT, el beneficio global del mercado mundial de IA se estimó en 380,35 mil millones de dólares, según datos de la consultora International Data Corporation (IDC).

Empresas como OpenAI, Meta, Google, Amazon o Microsoft se encuentran entre las grandes corporaciones a la vanguardia de la generación de contenidos gracias a la inteligencia sintética, para lo que tendrán que ejercitar sus servidores con inmensos volúmenes de información audiovisual o escrita.

De hecho, la estadounidense Sarah Silverman ya demandó este verano a OpeanAI y Meta por supuestamente mejorar sus sistemas automáticos de lectura y síntesis gracias a algunas de sus obras que habían recibido de archivos ilegales en Internet.

Pero el uso de esta herramienta se ha extendido tanto que ha llegado a las propias redes sociales y otros espacios de creación de contenidos.

El YouTuber MrBeast, que tiene 192 millones de suscriptores, exigió recientemente que TikTok bloqueara vídeos como el que protagonizó accidentalmente, gracias a una IA, en el que se le puede ver «vendiendo» teléfonos iPhone por 2 dólares.

Al mismo tiempo, para expertos en tecnología como Aaron Rafferty, fundador de la consultora virtual StandardDAO, esta herramienta también puede considerarse «una oportunidad» para los creativos estadounidenses.

«Los sindicatos de Hollywood están librando un combate que consiste en mejorar sus salarios. Son conscientes de que con la IA, cada profesional puede gestionar por separado sus creaciones, saber para qué se utilizan y hacer su propio negocio», afirmó en un comunicado. entrevista con EFE. Los creativos buscan contratos más transparentes

Esta posición es contraria a la presentada por sindicatos como SAG-AFTRA, últimamente en negociaciones con estudios y plataformas de streaming, que insisten continuamente en que la aplicación de la IA en sus cuadros deberá hacerse de forma transparente.

Y, mientras que los escritos de los guionistas estadounidenses provienen de la inteligencia sintética a través de los derechos de autor, los actores o anunciantes estadounidenses no obtienen ventajas de ninguna garantía legal específica.

Tim Friedman, miembro del sindicato SAG-AFTRA, a su vez presidente de la Asociación Nacional de Actores de Voz, explicó a Efe que buscan «asegurar» que cada contrato explique si las empresas aplicarán IA a sus voces o fotografías. de modo que corresponde a los creadores si lo consienten y a cambio de qué remuneración.

«También pedimos que se informe al público sobre el contenido generado por IA y que consulte los archivos que permitíamos su uso antes de la aparición de esta tecnología», añadió.

El mes de la Asamblea del Estado de California vio la llegada de un proyecto de ley para cancelar contratos considerados poco claros para la clonación virtual de rostros, voces o cuerpos.

Se espera su aprobación en los próximos meses pero, mientras tanto, miembros de SAG-AFTRA como Friedman se postulan para anunciar ayudas para su causa porque sería «sólo el primer paso para terminar los trabajos tradicionales» que la sociedad en su conjunto.

(c) Agencia EFE

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