Rusia reanudó ayer, casi medio siglo después, la conquista de la Luna en busca de agua y otros recursos naturales con el lanzamiento de la sonda Luna-25, que en unos días logrará la órbita satelital de la Tierra.
La estación automática despegó del cosmódromo Vostochny en el Lejano Oriente ruso el polo sur lunar inexplorado.
El Luna-25 ruso es el sucesor del Luna-24 soviético, que fue la tercera nave espacial en recolectar muestras de la superficie lunar en agosto de 1976.
El proyecto había sufrido retrasos sin parar desde 2019, también contribuyó a través de la resolución de la Agencia Espacial Europea a la cooperación con el programa ruso el año pasado debido a la guerra en Ucrania.
Rusia será la primera fuerza de área en aterrizar en el Polo Sur, que será la nave de área Chandrayaan-3 introducida a través de India el 23 de agosto.
«Esperamos ser los primeros», dijo Yuri Borisov, director de la firma rusa Roscomos. La sonda, que tiene una masa de 1. 800 kilos, 31 de los cuales son equipos clínicos, logrará la órbita lunar en 4 o cinco días.
Luego, deberá maniobrar durante casi una semana alrededor del cuerpo celeste, a unos cien kilómetros de altura, en busca de la órbita elíptica ideal para aterrizar el 21 de agosto, dijo Borisov.
Según explicó Roscosmos, Moon-25 aterrizará al norte del cráter Boguslawski en un terreno accidentado y con condiciones adversas.
Una nave espacial soviética, Luna-2, ya fue la primera en aterrizar en dicho satélite en 1959, hazaña que Estados Unidos emuló años después con su programa Ranger.
El objetivo de la misión, que tendrá una duración de unos doce meses, es ampliar la tecnología de aterrizaje lunar, tomar muestras de la superficie —regresará a la Tierra con 170 gramos de suelo lunar— y de la exosfera y capa superior de la Tierra. – sumando relieve, fuerza y composición – y polvo lunar.
Rusia también debe ser el primer país en localizar agua en la luna, un descubrimiento que puede permitir la vida humana en la luna en el futuro.
Según observaciones pasadas, en el Polo Sur habría agua en forma de hielo escondida en cráteres. Precisamente, Rusia tiene previsto lanzar en 2028 la sonda Luna-27, que estará provista de un perforador.
El agua «está casi en la superficie, debajo de una pequeña capa de tierra. Posiblemente habría otros recursos, pero para eso hay que perforar la luna. Y hasta ahora, nadie tiene que empezar este arduo trabajo», Vladimir. Surdin, astrónomo de la Universidad Estatal de Moscú, a la agencia de noticias oficial RIA Novosti.
La nave cuenta con un espectrómetro de masas LAZMA para la composición química de la superficie lunar, un detector de partículas imparciales y cargadas ARIES, un detector de polvo lunar PML y un espectrómetro infrarrojo LIS, entre otros instrumentos. EFE
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