Carles Puigdemont hizo sufrir indeciblemente a Pedro Sánchez antes de pronunciar el rumbo de la votación de la Junts que, finalmente, decidió que Francina Armengol presidiera la Mesa del Congreso de los Diputados. Prófugo de Waterloo se conocerá. Para empezar, el PSOE se comprometió a aprobar el uso del catalán en las instituciones, sacar el 1-O de los juzgados, un primer paso hacia la amnistía, e investigar el caso ‘Pegaso’. Un aperitivo antes de embarcarse en el desmantelamiento de la Carta Magna, porque la amnistía es inconstitucional. No es exagerado decir que, como mínimo, la Constitución española será sacudida por el legislativo si, al parecer, los secesionistas catalanes tienen la fuerza para hacer que el gobierno del Cuadrado Frankenstein ceda ante sus caprichos. De momento, y hasta la consulta de investidura de septiembre, el golpista catalán obligará a Sánchez a humillarse y concederle «hechos y no palabras» sobre la amnistía y la celebración de un referéndum de autodeterminación, entre otras concesiones.
Este es el principio del fin de la destrucción de la España democrática que conocemos. Porque la renuncia del Gobierno a los siete escaños de las Junts para poder legislar es una tragedia para nuestra nación. La adicción a la fuerza de Pedro Sánchez permitirá a Puigdemont hacer una decisión todas y cada una de las votaciones en el Congreso de los Diputados. Sólo la imposibilidad legal y constitucional del presidente interino de complacer al prófugo de Waterloo antes de septiembre puede salvarle la tragedia de arder. Porque todavía no se descarta que Junts tenga la consulta de investidura. a término para «bloquear el Estado» y habrá que organizar nuevas elecciones. Este es el último rayo de esperanza.
Pedro Sánchez, sin embargo, pondrá a todo el Estado a gestionar las fórmulas, sin duda inconstitucionales, para poner sobre la mesa los «hechos» que satisfagan a Puigdemont. Sus supuestos socios de Gobierno, como Sumar y Podemos, ya no tienen fácil que lo haga. a la «amenaza de involución» de la derecha. Y con este falso pretexto, el presidente interino hará y romperá a su antojo para acaparar el poder. Es, en efecto, una tragedia para la España democrática nacida en 1978. Una tragedia que Pedro Sánchez revalida su presidencia del Gobierno. Y una tragedia, en fin, que cuente con el siniestro prófugo de Waterloo.
Esta es la opinión de los internautas, El Imparcial
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