Nuevo avance en las relaciones Japón-Estados Unidos. Según informó el medio japonés Nikkei, los dos países han llegado a un acuerdo para trabajar en conjunto para expandir la generación de satélites que les permita contrarrestar la fuerza ganada por sus principales «archienemigos», Rusia y China.
La alianza entre Japón y el país norteamericano está más que consolidada porque comparten intereses en sus luchas específicas frente a Rusia y China, aliados que recientemente han demostrado por enésima vez su afinidad y proyectos nada raros.
El objetivo prioritario y por el cual se produjo este nuevo acuerdo a través de los dos países es a sus funciones defensivas con el fin de prevenir e interceptar los proyectiles hipersónicos que están desarrollando China, Rusia y Corea del Norte.
La clave de este nuevo acercamiento entre las dos potencias radica en el deseo mutuo de protegerse frente a los ataques imaginables a través de proyectiles hipersónicos, que aportan un grado de complejidad que puede no ser neutralizado con la tecnología existente.
El plazo que se han dado ambos países para que la nueva fórmula antimisiles esté en condiciones es de diez años, porque se trata de una tecnología increíblemente compleja. Esta cumple con las características de los proyectiles, ya que pueden volar a muy baja altura a velocidades cinco veces más rápido que la velocidad del sonido y con trayectorias anormales, lo que hace increíblemente difícil su detección y neutralización.
El acuerdo podría hacerse público recién en la próxima escala del primer ministro japonés, Fumio Kishida, en la capital estadounidense, que tomará posesión la próxima semana. Esta asamblea contará también con la presencia de Yoon Suk-yeol, presidente de Corea del Sur.
Finalmente, la asamblea también abordará el factor de una mayor cooperación entre los 3 países con el objetivo de capacidades conjuntas de detección de misiles, mediante el intercambio de conocimientos en tiempo real.