Recuperó la agenda y algunos puntos de los que había perdido; La asignación de culpas va a ser la que determine hacia dónde irá la aprobación del mandatario cuando termine la emergencia sanitaria y continúe la económica, expone el presidente de Consulta Mitofsky.
La asignación de culpas de los efectos sanitarios y económicos de la pandemia del Covid-19 en México será lo que determine hacia dónde irá la aceptación del presidente, Andrés Manuel López Obrador, afirmó Roy Campos.
En entrevista telefónica el presidente de Consulta Mitofsky explicó que durante las primeras 15 semanas del año la aceptación del gobierno del presidente López Obrador cayó, debido a que perdió el control de la agenda pública, luego la recuperó y se instaló en modo campaña, lo cual le permitió recobrar algunos de los puntos perdidos.
Sin embargo, destacó que se le ha venido agotando el discurso y no se sabe si podrá seguir remontando sus niveles de aceptación, sobre todo porque le vienen tiempos difíciles.
El reconocido experto en temas de opinión pública y métodos de investigación explicó que el mandatario perdió puntos porque al principio del año se le impusieron los temas y no reaccionó bien ante ellos.
Concretamente, se posicionó en la agenda pública el tema de la cancelación del Seguro Popular y la implementación, en su lugar, del Instituto de Salud para el Bienestar (Insabi), lo cual generó rechazo de algunos sectores de la población.
A eso se le sumaron las manifestaciones de padres de niños con cáncer por el desabasto de medicinas para sus tratamientos en instituciones del sector salud oficiales.
En eso estaba, cuando ocurrieron las denuncias y movilizaciones por el incremento de feminicidios en el país.
En ninguno de esos asuntos el presidente supo reaccionar. Pasó de la negación del problema al alejamiento de las víctimas.
Es más, para reaccionar, quiso poner en la discusión pública la rifa del avión presidencial y no le salió bien. Lo que generó fue burlas.
Cuando estaba saliendo de esos episodios, llegó la pandemia del Covid-19 y cambió la agenda pública. López Obrador tampoco reaccionó bien. No era su agenda, siguió con sus giras de trabajo al interior del país. Se negaba a seguir los protocolos de seguridad determinados por su propio gobierno. Permaneció alejado de la preocupación ciudadana. Eso se tradujo en la baja en sus niveles de aceptación.
Además, para hacer frente a las aseveraciones de que su aceptación estaba bajando, lanzó el reto a la oposición de que se haga el referéndum en 2021, para ver si sigue o no al frente del gobierno.
Para Roy Campos, a partir de ese momento, López Obrador comenzó a actuar como si fuera campaña con varios mensajes entre los que destaca que no habría un nuevo Fobaproa para rescatar a los empresarios afectados por la pandemia.
Además, incrementó su discurso de polarización, con el mensaje que de un lado están los ricos y del otro los pobres.
Luego el presidente criticó las iniciativas del sector privado para implementar medidas anticíclicas para enfrentar las consecuencias económicas de la pandemia.
De esa manera se volvió a posicionar de la agenda y volvió a jugar con la agenda, con lo cual logró que la conversación publica fuera sobre los temas que él quería.
Incluso en ese momento capoteó temas delicados, por ejemplo, cuando se habló nuevamente de bots y trols en las redes sociales para atacar a críticos del gobierno; el cuestionamiento de las cifras oficiales sobre el avance de la pandemia; las malas calificaciones financieras a Pemex y el incremento de la seguridad.
Eso, según Campos, demostró que en México nadie es tan bueno para hacer campaña como López Obrador.
El presidente de Mitofsky destacó que el discurso de López Obrador es muy poderoso y eso explica que en una situación como la que atraviesa el país, donde la población más lastimada por el avance de la pandemia y sus consecuencias en la economía es la gente pobre, precisamente a esas personas le haga sentido que el presidente les diga que primero los va a apoyar a ellos.
Sin embargo, destacó que tampoco es que la aprobación del presidente se haya destapado completamente para arriba. Simplemente recuperó algunos puntos de los que había perdido. Los suficientes para estar en una posición de arriba del 50% de aceptación.
Sin embargo, advirtió que el mandatario enfrentara momentos difíciles porque, de lo que no hay duda, es que con esta pandemia se van a generar cientos de pobres y cientos de miles de desempleados.
Además, la inseguridad no se va a controlar, lo que quiere decir que vamos a tener inseguridad y problemas de desempleo.
En este escenario, indicó que López Obrador no va a poder tener contenta a la gente solo con palabras; necesitará realmente apoyarla y para ello es necesario reactivar el país.
“Aquí lo importante va a ser a quien culpan después los ciudadanos de las consecuencias de la pandemia y aquí puede ser al presidente, a sus opositores”, indicó.
Además, dijo que el mayor problema para mantener su aceptaciónen los próximos meses es que vienen cosas muy difíciles y no tiene un gabinete que le ayude mucho, como el subsecretario de Salud Hugo López-Gatell en el episodio de hacer frente a la pandemia.
El Economista
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