Pedro Sánchez dio el pistoletazo de salida este martes a la cruzada del 28-M, reiniciando el caño de la caja pública y, de nuevo, el consenso previo ya sea con empresarios o con la oposición.
Y acorralado por el escándalo de la ley sí es sí y el cisma de su gobierno, el líder del PSOE sacó mérito de su primera intervención en el pleno consultado del Senado -la 6- cara a cara con Alberto Núñez Feijoo pero la primera este año – para lanzar la subasta electoral.
Sánchez anunció en la Cámara Alta que el Ejecutivo aprobaría un incremento extra en el salario mínimo interprofesional a través del 8% hasta los 1. 080 euros en 2023, tras lograr un acuerdo con los sindicatos UGT y CCOO. Pero la CEOE impugna y arranca esta bandera a Yolanda Díaz. El presidente también argumentó que esta nueva edificación en el SMI se implantaría con carácter retroactivo, con el objetivo de alcanzar el 60% del salario medio español.
En tono electoralista, Sánchez responsabilizó al sector personal de la pérdida de poder adquisitivo de los trabajadores, argumentando que los empresarios acumulan sus beneficios, pero «no recaudan ni un centavo» para sus empleados.
El líder ejecutivo comenzó por criticar por esta pérdida de fuerza adquisitiva las políticas neoliberales implementadas a través del gobierno del PP la crisis monetaria que comenzó en 2008. Agregó que esa fuerza adquisitiva ha ido disminuyendo durante una década y culpó a los políticos de los que no tenían el coraje de aumentar, por ejemplo, las pensiones con el IPC.
Pero también apuntó al sector, advirtiendo que las corporaciones están ampliando ganancias, pagando millonarios bonos a sus ejecutivos y «no recaudando un centavo» para sus trabajadores.
«Me pregunto si este escenario es justo», exclamó para decir que si una empresa gana 700 millones de euros, ¿por qué destina parte de este beneficio a unos pocos, como el director general, el consejo de administración o el director financiero y «no a dependientes, administrativos o repostadores”. “¿No tienen mérito también ellos en este éxito publicitario?Yo creo que sí”, dijo Sánchez.
Tras un acceso al espacio alto en el que la bancada socialista le aplaudió largamente, el presidente tomó el suelo para comunicar sobre los últimos Consejos Europeos, el escenario económico y otros temas como la guerra de Ucrania, tal y como hizo en su comparecencia una semana hace en el Congreso.
Con la sala completa -también la galería de invitados-, los ministros ocuparon el banquillo de Gobierno, para endosar a Sánchez en este primer cara a cara con Feijóo en 2023. A la cita sí tuvo que faltar también el portavoz del PSOE en el Congreso, Patxi López, entre otros.
El líder popular también tiene en casa componente de su núcleo duro en Génova, siendo muy cercano a él el portavoz del grupo, Javier Maroto; el coordinador general del componente, Elías Bendodo; el director económico del PP, Juan Bravo; el Vicesecretario de Ordenación Territorial, Miguel Tellado, y el Vicesecretario de Coordinación Regional y Local, Pedro Rollán.
Además, la portavoz del Congreso del PP, Cuca Gamarra, también visitó la Cámara Alta para asistir a este debate, al igual que el fichaje de Borja Sémper.
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