Invertir en generación ha sido un tema candente en el mundo del valor. Los grandes gerentes que se adhieren a este tipo de filosofía han dicho que no invierten en corporaciones que no perciben o que simplemente no pueden anticipar de manera realista cómo se vería la industria en 5. -10 años. Y claro, con esos requisitos, resulta que quedarían fuera las corporaciones de máxima vanguardia o las de los mercados de máxima turbulencia.
Para ayudarnos a levantar este debate, esta semana Verónica Llera, del equipo de Relación con Inversionistas de Cobas AM, nos acompaña en Tu Dinero Nunca Suerme. Según él, tiene sentido que en un componente de la industria no haya muchas oportunidades de precio: «En En los últimos años, tenemos en cuenta que los costos de muchos editores de software se han desvinculado de la realidad del negocio. Y eso nos resulta una amenaza, porque pagaríamos más. Hemos creído que la forma más productiva de obtener rendimientos es tener una cartera de acciones para las que el mercado tiene una perspectiva pesimista. Esto ha generado una discrepancia entre la evaluación del precio y el crecimiento».
¿Y qué pasó para que el mercado empezara a calmarse?Bueno, una combinación de muchas cosas, según Llera, desde valoraciones insostenibles en casi todas y cada una de las situaciones, hasta ajustes en la política financiera: «Muchos de ellos han estallado en la estratosfera». . Pero ahora hemos llegado al final de la era del efectivo simple y esto se debe a que no están cumpliendo con las expectativas de crecimiento que les ha asignado el mercado».
Por supuesto, Cobas AM está aún menos dispuesta a invertir en corporaciones del sector de la generación, aunque cree en una gran oportunidad: «Por ejemplo, en la cartera asiática, una de nuestras principales posiciones es Samsung. Es una empresa madura, que es una característica más parecida a este tipo de estrategia [value], son corporaciones más parecidas al uso comercial y líderes tecnológicos en sus respectivos flujos de negocios, estas corporaciones, a diferencia de las llamadas puramente tecnológicas, tienen barreras de entrada, porque la competencia tardaría años en ponerse al día».
A partir de ahí, el debate es fascinante. ¿Cuánto tiene sentido pagar por crecer?¿Cuál es una valoración práctica para un corporativo que, año tras año, mejora sus cifras de beneficios?¿Hay espacio para localizar oportunidades en los sectores de la moda?¿Hay precio por conocer en sectores clásicos, ¿Cuáles han sido duramente golpeados por los mercados en los últimos años?