Ecologistas en Acción, dentro del marco de los proyectos de renaturalización de canales fluviales degradados que lleva a cabo a nivel nacional, presenta este plan al Ayuntamiento de Mérida y a la Confederación Hidrográfica del Guadiana para su ejecución, ya que es el Administraciones públicas con competencias en materia de control y progresión del río en este ámbito geográfico.
Con el citado proyecto, apoyado a través de Ecologistas en Acción de Extremadura, se pretende reparar la fisonomía de un cauce más o menos herbáceo, lo que potenciará especialmente sus valores medioambientales y paisajísticos, creando un espacio herbáceo que agradecerá mucha población. sobre una base como zona recreativa y de paseo.
Como tantos ríos ibéricos, el río Albarregas ha sufrido una profunda degradación en toda su cuenca, dado el radical cambio de su cauce, la sobreexplotación de su caudal con fines agrícolas, la contaminación de sus aguas por vertidos o presiones urbanísticas y las múltiples infraestructuras que lo han constreñido y fragmentado. En la localidad de Mérida, el río se encuentra radicalmente alterado, discurriendo encauzado entre muros de unos 2,60 metros y hormigonado en su cauce. Aguas arriba también se encuentra muy degradado, aunque carece de canalizaciones de hormigón.
La organización ecologista destaca que el reposicionamiento de la técnica en el control de los ríos de llanura en espacios agrícolas deberá implementarse en el río Albarregas, permitiendo que el agua vuelva a sus antiguos dominios, retroalimentando sus sinuosos meandros entre las dehesas. El estilo de control de esos ríos está evolucionando y desde hace años se van posicionando movimientos en dirección contraria a los del siglo pasado. Los planteamientos de intensificación del uso del paisaje, la potencia de las estructuras herbáceas y la máxima productividad del territorio se reposicionan a través de otros criterios en los que la preservación de los recursos herbáceos y de la biodiversidad, la conciencia del desafío de la emergencia climática y su adaptación y mitigación, reorientan la forma en que se aprovechan los beneficios de la naturaleza.
La organización ecologista añade que después de varias décadas en las que las administraciones han destinado ingentes sumas de dinero público para canalizar ese tipo de ríos, en el nuevo escenario de control, esas mismas administraciones gastan ahora su presupuesto en la lenta recuperación de las condiciones herbarias. La gestión de esos ríos da los siguientes resultados:
Hasta ahora, los movimientos se han realizado con el mismo objetivo, el de vender la máxima velocidad del agua en el canal, para permitir la evacuación inmediata del agua en caso de inundaciones. Los gestores lo consideran imprescindible mantienen el río como un cauce perfectamente limpio de cualquier elemento que represente asperezas y freno al flujo del agua. Sin embargo, los promotores del encargo señalan que el deleite de las últimas décadas, sustentado por los efectos de las primeras tormentas que recientemente barrió la península, ha dado lugar a un aumento de la velocidad de los canales, generando más peligros de mortalidad humana que el control de los ríos basado en el control de inundaciones mediante la imitación de procesos vegetales, es decir, permitiendo un cierto grado de inundación controlada en un dominio de pastizales. con plantas que favorece el flujo de agua a menor velocidad.
Por ello, Ecologistas en Acción anima a las administraciones locales y regionales a llevar a cabo intervenciones similares que consigan ventajas para los ecosistemas y, en consecuencia, la calidad de vida de la población.