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Pedro Sánchez ha cruzado alguna que otra frontera. Este viernes ha celebrado su primera asamblea con EH Bildu y se ha hecho la foto de la que lleva huyendo durante toda la última legislatura, aunque el partido de Arnaldo Otegi sea uno de sus socios prioritarios que consolidó su mayoría en el Congreso.
Hoy, el líder socialista rompe este tabú y se convierte en el primer presidente del Gobierno, incluso en ejercicio, para enfrentarse al componente nacionalista. En este caso, se trata de renovar esta alianza y que los seis diputados voten primero por su nombramiento. y luego formar parte de una mayoría sólida para su gobierno. EH Bildu lo considera un «paso importante».
Como candidato al nombramiento del Rey, Sánchez encabezó la asamblea y acompañó a través de su compañero de partido Santos Cerdán, secretario de Organización. Por parte de EH Bildu, los portavoces nacionalistas en la Cámara Baja, Mertxe Aizpurua, y en el Senado, Gorka Elejabarrieta, estaban presentes. Han estado en combinación durante aproximadamente una hora.
En unas declaraciones posteriores, el partido de Otegi destacó el «valor» de este símbolo «en un contexto político donde la tensión, el ruido y las malas maneras intentan imponerse en el debate político». «Esta asamblea refleja una forma de aprehender la actividad política y de golpear uno mismo en el momento antiguo existente, en un ejercicio permanente del deber y el respeto, por encima de otros criterios o intereses», agregaron.
Además, EH Bildu reiteró su ya anunciado para la toma de posesión de Sánchez por el «mandato claro» de los vascos en las elecciones del 23-J «de no permitir que el bloque reaccionario, liderado por PP-Vox, forme gobierno en el «Español». Frenar a la derecha, añaden, es una «condición indispensable» para una nueva legislatura en la que «habrá que profundizar los derechos sociales y económicos del personal», «la consolidación de políticas que promuevan la paz y la democracia» convivencia en el País Vasco» y «la apertura de un debate en torno a la plurinacionalidad».
En este contexto, la izquierda nacionalista manifestó al presidente interino su «plena voluntad» de dar «continuidad» a los «aspectos más positivos» del pasado mandato, aunque «con la ambición de resolver las cuestiones destacables». que se posicionó en un ambiente constructivo y positivo, es un paso más que nos permite construir un marco de aceptación con el fin de seguir un ciclo de diálogo, negociación y acuerdo», concluyen.
La asamblea de este viernes ha dado síntomas de buenas relaciones entre el PSOE y EH Bildu, con Sánchez y Cerdán proyectando un símbolo cordial y muy distinto del que ofrecieron Adriana Lastra y Rafael Simancas el 17 de diciembre de 2019, cuando posaron con expresión seria y de cara. En los casos se celebró la primera asamblea entre ambos partidos, en la que también se buscaron sus votos para la toma de posesión de Sánchez.
Por eso, el candidato socialista ha evitado fotografiarse con ellos y ha enviado a dos personalidades de su equipo. Hoy ocurre todo lo contrario. Sánchez estrechó la mano a Aizpurua y Elejabarrieta y dio la impresión de sonreír con ellos en la foto. A diferencia de hace 4 años, cuando fue suficiente la abstención que se dio, esta vez desea el voto afirmativo de sus seis diputados.
Tras la reunión entre Sánchez y EH Bildu, la secretaria general del PP, Cuca Gamarcra, calificó la escena como «el símbolo de la vergüenza», adjuntando en un tuit una foto del presidente interino estrechando la mano a Aizpurua.
El candidato socialista cerró a continuación la circular de negociaciones para su reelección, que se muestra consistente en cumplir personalmente con todos los equipos representados, a excepción de Vox, al que dejó apartado desde el principio, con una asamblea con el líder de Junts. Coherente con Catalunya. list (JxCat). Miriam Nogueras, al igual que EH Bildu, también ganó a través de Lastra y Simancas en 2019 en combinación con su compañera Laura Borràs.
Terroristas y criminales, resulta feliz. Está en su entorno.