París
En una Francia plagada de disturbios sociales y económicos, la izquierda francesa convocó a decenas de miles de manifestantes a una marcha en París para presionar más al gobierno de Emmanuel Macron, que enfrenta una semana tensa.
Organizada a través de France Insumisa (LFI) de Jean-Luc Mélenchon y apoyada por el resto de las fuerzas de izquierda y personalidades como la nueva premio Nobel de literatura Annie Érnaux, la manifestación de París es producto del creciente descontento francés.
Escasez de combustible en partes del país debido a la huelga de la refinería; la erosión de la fuerza de compra debido a la inflación superior; y una muy probablemente aprobación del plan presupuestario del gobierno para 2023 sin debate, por la vía rápida del decreto, han enturbiado el clima del país.
Y dentro de dos días será el turno de los sindicatos, que prevén una «movilización interprofesional» el martes 18, mientras varios sectores clave pueden quedar paralizados.
Las cifras sobre el número de manifestantes el domingo difieren. Los organizadores lo cifran en 140. 000, mientras que el gobierno lo redujo a 30. 000.
«La innegable buena fortuna de esta marcha nos da coraje y esta sorpresa tendrá un efecto en las instituciones», dijo Mélenchon, quien vio a Macron «jadeando» y en serias dificultades para seguir gobernando.
Otra vida es posible, libre del saqueo de la ganancia. Otra global es posible, he liberado el saqueo del productivismo capitalista. Con lo que estamos haciendo hoy, estamos dibujando un nuevo Frente Popular #Marcha16Octubre #LaMarche pic. twitter. com/ A0o454pAkV
Fuertemente criticado en las últimas semanas por su actitud indulgente ante un caso de violencia doméstica cometido a través de su ex número dos en LFI, el líder de izquierdas había convocado esta marcha contraria a la máxima acusación de vivir y cambiar de clima, pero la imaginable disolución de la El montaje se ha convertido en uno de los temas principales.
El ejecutivo de Macron, sin mayoría absoluta en el Parlamento, puede apenas sufrir un movimiento de censura de la oposición si apura el proyecto de presupuesto para 2023 artículo 49. 3 de la Constitución.
Mélenchon y la ultraderechista Marine Le Pen, que constituyen las dos principales fuerzas de la oposición, han anunciado que presentarán mociones contrarias a la en caso de que utilice la 49. 3.
«No creo que (la Asamblea) se disuelva con esta marcha, pero puede avanzar un paso, y también es vital que volvamos a manifestarnos todos, aunque tengamos otras opiniones», dijo a Efe el profesor jubilado Jean-Marc. , mientras sostiene una pancarta en contra de la jubilación a los 67 años.
Solange, una jubilada que llegó a París procedente de Drôme (sur de Francia), blandía, por su parte, una inscripción contraria a la petrolera francesa TotalEnergies, blanco del enfado de muchos manifestantes por las enormes ganancias que obtuvo con el alzamiento. en el valor del petróleo la guerra en Ucrania.
“Estoy muy satisfecha de que los huelguistas de Total sigan movilizándose, para que se hagan oír a través de la patronal y del gobierno”, dijo Solange en referencia a las movilizaciones dispuestas desde el 27 de septiembre a través del sindicato CGT en varias refinerías para reclamar un salario. aumentar. y que han dejado muchas gasolineras de combustible.
En todo caso, una de las máximas demandas consensuadas entre los manifestantes que marcharon desde la Nación Plos angelesce de los angeles hasta la Bastilla Plos angelesce de los angeles fue que se implemente un impuesto especial a las corporaciones que obtuvieron ganancias desproporcionadas de la guerra, a lo que se opone. , por el momento, a través del gobierno.
Entre los manifestantes había extranjeros, como el diputado de la región belga de Valonia John Beugnies, del Partido Laborista (PTB). “No es un problema belga o francés, es un problema europeo. Es vital haber venido aquí para que este movimiento se amplifique y que los más sensatos nos presten atención y no nos dejen sólo migajas”, dijo a Efe.
A la manifestación, de alto riesgo, acudieron unos 2. 000 militares, sumados a gendarmes y policías, implicados básicamente por la presencia de unos centenares de movimientos de ultraizquierda, como la «Acción Antifascista» y los «chalecos amarillos».
La razón