El verano de Emmanuel y Brigitte Macron ha comenzado. El 29 de julio, la pareja presidencial se instaló en Fort de Brégançon para pasar unas semanas de descanso en el Var. Después de su llegada al Elíseo en 2017, el tándem vuelve a casa y vuelve al espectáculo económico.
Se ahorró una gran cantidad. Después del 29 de julio, Emmanuel y Brigitte Macron están en Fort de Brégançon, en el Var, para disfrutar de unas semanas de descanso. A sus restos en este apartamento presidencial de Bormes-les-Mimosas, había anunciado el Palacio del Elíseo al Journal du Dimanche, en junio de 2018, para tener el encargo de construir una piscina sobre el suelo de una docena de metros de largo. Una progresión que la pareja ahora valoraba y que había cobrado la suma de 34. 000 euros. El semanario reveló entonces que los Macron habían ganado un ahorro. de 60. 000 euros. ¿Por qué?
Según El Elíseo, la instalación de una piscina sobre el suelo (un estilo que cuesta menos que una piscina enterrada y no acumula el impuesto sobre el patrimonio, nota del editor) les permitió ahorrar esta suma que representa «el Costo de dos barcos de la gendarmería, fieles al rescate en el mar, y que se movilizan en verano para la cobertura del presidente”. A ello, el Elíseo había explicado que “los precios de estructura y mantenimiento se incorporarían al presupuesto anual de 150. 000 euros concedido al Fort de Brégançon”.
>> FOTOS – Piscina de Emmanuel y Brigitte Macron en Fort Brégançon
La estructura de esta piscina había creado una polémica, una tras la llegada de Emmanuel Macron al poder. Varias figuras políticas habían pedido esta instalación de pago, para empezar a través de Olivier Faure que, en Twitter, se había ido con el dorso de la cucharaArray. «Hay símbolos despiadados. Todavía recorta la APL, y al mismo tiempo construiré una piscina en el fuerte de Brégançon. Su piscina estará sobre el suelo como su política», dijo el primer secretario del Partido Socialista.
De hecho, este asunto no había ayudado a la reputación de «presidente de los ricos» que se le quedó pegada a la piel de Emmanuel Macron desde su elección. Añadiendo leña a la chimenea a su pesar, el marido de Brigitte había admitido no disfrutar mucho de esta construcción: » No digas que voy al mar, de otra manera me van a manchar. No me gustan las piscinas, prefiero mil veces el mar, es bueno, es magnífico”, se había atrevido la cuarentona. -viejo, experto en «pequeñas frases» que hierven a la oposición, un baño de multitudes cerca del Fuerte en 2018.
Créditos fotográficos: Luc Boutria / Nice Matin / Bestimage