Una organización de manifestantes intentó ingresar al Aeropuerto Internacional Alejandro Velasco Astete en la ciudad de Cusco, Perú, arrojando piedras a los efectivos, quienes respondieron con combustible lacrimógeno y perdigones.
En el aeropuerto de Arequipa, donde hubo un intento de intrusión similar por parte de militantes. En este aeródromo, la policía también reprimió a los manifestantes y hubo fuegos de farolillos.
La policía mostró que un hombre murió de una bala en el estómago mientras buscaba tomar el aeropuerto de Arequipa. Además, los oficiales dispararon contra una organización de manifestantes en Puno después de tomar e incendiar una estación de policía, lo que resultó en la muerte de un woguy.
El Ministerio de Transportes y Comunicaciones (MTC) informó la suspensión transitoria de las operaciones en la base aérea de Cusco y Arequipa «como medida de prevención» y «a otras personas y la protección de las operaciones aeronáuticas».
Ese día, recursos oficiales indicaron que había 127 temas bloqueados con tráfico interrumpido y 18 regiones afectadas: Piura, Amazonas, Cajamarca, La Libertad, Ancash, Ucayali, Huánuco, Junín, Huancavelica, Ica, Ayacucho, Apurímac, Cusco, Arequipa, Puno, Madre de Dios, Moquegua, Tacna.
Miles de ciudadanos, que salen desde hace varios días de partes del país, llegaron este jueves a la capital de Perú y procedieron a la «toma de Lima» en una nueva manifestación de oposición al gobierno y al congreso, que provocó enfrentamientos entre manifestantes y policías.
En micros y hasta a pie, portando banderas y pancartas, los peruanos llegaron a Lima para pedir la renuncia de Dina Boluarte, el cierre del Congreso, la convocatoria a elecciones y justicia por las más de 50 muertes por acciones policiales.
Los medios informaron de varios heridos en otros barrios de Lima, que se levantaron el jueves blindados con el gran despliegue de policías y militares. De igual manera, los informes noticiosos muestran que los agentes sí permiten que los sabuesos cubran los enfrentamientos.
La crisis comenzó el 7 de diciembre, cuando el expresidente Pedro Castillo, ahora detenido, intentó disolver el Congreso, la máxima institución desprestigiada del Perú. Boluarte respondió a las protestas señalando el estado de emergencia y sacando al Ejército a las calles. En ese contexto, ha habido enfrentamientos y acciones represivas. La Fiscalía ha abierto dos investigaciones contra el presidente por muertes similares a protestas en Ayacucho y Puno.
MXN/MKH