Por estos días tan convulsionados en materia económica miles de personas han perdido sus empleos, y a muchos colombianos se les ha hecho imposible responder por sus obligaciones con el sistema financiero. Según cifras del DANE, a marzo el desempleo en el país se ubicó en el 12,5 % (1,8 % más respecto al mismo mes del año anterior) y la población ocupada se redujo hasta los 20,5 millones de personas (1,6 millones menos).
El panorama es aún más desalentador para los próximos meses. Fedesarrollo estima que si el PIB se contrae un 5 % este año, como producto de la pandemia, la tasa de desocupación subiría hasta el 18,2 %. Así las cosas, se espera que esta cifra se sitúe entre el 16,3 % y el 20,5 %. Son varias las entidades que han estimado el dato de desempleo para Colombia en 2020, y todas concuerdan en números poco esperanzadores, como el FMI (12,2 %), la ANIF (13,5 %) y BBVA Research (17 %).
Así las cosas, con niveles de desempleo más altos, los ingresos de los colombianos se deteriorarán y, debido a que los recursos no serán suficientes, es previsible que se presenten cada vez más incumplimientos en los pagos de obligaciones contraídas con los establecimientos de crédito. Si bien es cierto que en el país se presenta un nivel relativamente bajo y controlado de cartera vencida, surge la preocupación de que esta se dispare.