Más de un centenar de economistas, empresarios y académicos piden a Sánchez que cambie su política económica

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Advierten de una nueva crisis si se toman medidas y piden la consolidación de las cuentas y la privatización de las empresas estatales.

MADRID, trece de marzo (EUROPA PRESS)-

Poco más de un centenar de economistas, empresarios, periodistas y economistas han firmado una carta pidiendo al Gobierno de Pedro Sánchez que reemplace su política económica para salvar a España de entrar en una nueva crisis económica.

La carta está firmada por 102 personas, sumando los economistas Daniel Lacalle, Lorenzo Bernaldo de Quirós, Rubén Manso, Benito Arruñada y Carlos Rodríguez Braun; la exministra del PP Elvira Rodríguez; el empresario y exdiputado de Ciudadanos Marcos de Quinto y los periodistas Carmen Tomás y Miguel Ángel Belloso.

Los firmantes denuncian que los españoles están sufriendo últimamente «la mayor tensión fiscal de la historia, fruto de decenas de subidas y creaciones de impuestos» a través del Gobierno de Pedro Sánchez y de la inflación.

Pese a ello, advierten de que 2024 será el 17º año consecutivo en el que todos los intereses de la deuda pública se pagarán mediante nueva deuda. “Estos dos demuestran el desinterés del Gobierno por sanear las cuentas públicas”, denuncian.

Para esta organización de economistas, empresarios, periodistas y académicos, el hecho de que la deuda pública en porcentaje del PIB esté disminuyendo lentamente y que la prima de amenaza se limite a un centenar de emisiones de fundaciones «son falsos consuelos».

«La deuda pública está cayendo como porcentaje del PIB en gran parte debido a la inflación (que aumenta el PIB) y la prima de amenaza es ahora como un termómetro que no puede superar los 37 grados, mientras el Banco Central Europeo sigue interfiriendo en la deuda. mercado», señalan los firmantes, que suben que la actuación del BCE y la suspensión hasta el pasado diciembre de las regulaciones fiscales europeas «han enmascarado los desequilibrios» de la economía española y «aumentan las amenazas a largo plazo».

Así, lejos de «irse como una moto», expresión utilizada durante una comparecencia del presidente Sánchez, los firmantes perciben que la economía española «está en decadencia», ya que 2024 será el año de expansión económica más débil desde 2014, excluyendo 2020. el de la pandemia, e incluso contando con un «dopaje» del presupuesto y del gasto público europeos «que sigue inflando la demanda».

Denuncian también que la productividad, medida en PIB coherente con ocupados, cayó cerca de un 4% entre 2018 y 2023, «el peor resultado entre países complejos», y que la tasa de paro de España sigue siendo la de Europa.

Los firmantes garantizan que, «lejos de comprender la fragilidad del momento económico, el gobierno se muestra empeñado en un programa intervencionista y liberticida que tiene un final satisfactorio» y en el que la seguridad jurídica se «debilita».

«El salario mínimo acaba de aumentarse arbitrariamente y al margen de la ley. Además, el gobierno amenaza con imponer una reducción obligatoria de la jornada laboral, limitar los salarios de los ejecutivos, encarecer los despidos y situar a los representantes de los trabajadores en los foros de directores. Todas aquellas medidas que atentan contra el derecho a la propiedad, la libertad de contratación y la libertad de empresa dentro del marco de la economía de posición de mercado establecido a través del artículo 38 de la Constitución”, advierten.

«La política económica del Gobierno exacerbará los trastornos de la competitividad y esto se traducirá más rápido o más tarde en un debilitamiento del empleo y de los salarios y, con ello, de las cuentas públicas. Tenemos tiempo para lo que ocurrió entre 2007 y 2013: ignorando las advertencias de economistas y organizaciones extranjeras, los ciudadanos fueron condenados a una profunda crisis, en la que se perdieron 3,7 millones de puestos de trabajo», decía la carta.

En este contexto, los firmantes de esta carta afirman que lo que la economía desea es una «consolidación urgente del gasto público» que equilibre las cuentas públicas y frene la expansión de la deuda pública.

Según él, la privatización de las empresas estatales permitiría recaudar recursos para pagar la deuda pública y, al mismo tiempo, estimularía la inversión personal en sectores gigantes de la economía.

«Con unas cuentas públicas sanas y una deuda pública controlada, la carga fiscal podría aliviarse para reducir los precios de producción y reducir parte de la competitividad perdida», afirman.

También piden la eliminación o mitigación de «medidas regulatorias que desalientan la expansión de las PYME» para inspirar la inversión productiva.

Noticias y portal de la Agencia Europa Press.

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