Históricamente, España ha sido uno de los países más productivos en el mundo del tenis. En tierra batida, el país ibérico ha gobernado varias veces aplastando a todos sus rivales, sin embargo, en las últimas dos décadas, España ha gobernado en todas las superficies.
Esto se debe básicamente al campeón mallorquín Rafael Nadal que, junto a los otros dos miembros del Big Three, Roger Federer y Novak Djokovic, dominaron el circuito. Veintidós títulos de Grand Slam ganados en todas las superficies y unas cifras terroríficas.
En meses, España ha descubierto un nuevo fenómeno, el joven Carlos Alcaraz de Murcia, mayor de 19 años, y ha descubierto su consagración definitiva en Nueva York al ganar el nombre de Slam y el nombre del número uno más joven de la historia de este deporte. .
El año 2022 es muy vital para los colores españoles, un año que probablemente permitirá al país ibérico dar el paso definitivo de Nadal a Alcaraz. Los dos, fenómenos de otras generaciones, son los protagonistas de récord que ha recogido el país español.
En 2022, España ganó 3 de los 4 títulos de Grand Slam, o el 75% de los títulos disponibles. Este es el momento histórico en el que España ha logrado este resultado, también sucedió en 2010 y en este caso, Rafa Nadal el protagonista absoluto.
Ese año, Roger Federer ganó el Open de Australia, mientras que el resto de torneos los ganó el tenista mallorquín. Ahora la historia se repite y vuelve a aparecer España en lo más alto del mundo.
Una buena fortuna histórica para Carlos Alcaraz, quien ganó su primer Slam y dijo después de la victoria: «Nunca pensé que ganaría un Slam y el número uno mundial hace unos días.
No a esta edad. Digamos que todo pasó muy rápido. Para mí es increíble, es un sueño hecho realidad, todo lo que he estado soñando desde niño”. Tras las declaraciones de Ferrero, Alcaraz habló de las dificultades que enfrentó en Montreal y Cincinnati. : «Sí, había perdido un poco la alegría.
Como dijiste, tenía que sentir la presión. Llegué a Nueva York con el propósito de reírme primero. Sonreír en el campo. Si sonrío en el campo es porque me estoy riendo».