A través del Decreto 353, firmado a fines de diciembre pasado, Rusia legalizó la llamada canibalización de aeronaves, que establece normas para que las aerolíneas retiren porciones de una aeronave y las coloquen en otra. Esta práctica no es inusual en el mundo, pero exige regulación a que el mantenimiento no suponga una amenaza mayor para la operación de los vuelos.
Según los medios rusos, se deberán emitir documentos de autorización (cupones de aeronavegabilidad, pasaportes o etiquetas) para las porciones a intercambiar; Cuando se eliminen, deberán probarse y documentarse para evaluar su servicio y condición, y cuando se instalen, deberán probarse y volver a probarse, dijeron otras dos personas familiarizadas con el texto de la decisión.
Además, el país permitió la instalación de piezas extranjeras no originales en la flota extranjera que permaneció en la Federación Rusa y requería mantenimiento, es decir, las que no están previstas en la documentación operativa de los desarrolladores (Boeing, Airbus, Embraer )Formación
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Estas porciones solo pueden fabricarse a través de corporaciones que estén autorizadas a través de seis administraciones de aviación extranjeras, procedimientos similares a los establecidos por la ley estadounidense.
Los medios señalan que Rusia ya ha practicado la canibalización, pero no tenía su propio conjunto de reglas, llegando a conformarse con regulaciones extranjeras, de la FAA, EASA o Embraer, por ejemplo.
Después de invadir Ucrania, Rusia quedó sujeta a un conjunto cada vez mayor de sanciones de Occidente, lo que dificulta que las aerolíneas locales proporcionen repuestos. Como resultado, el país ha seguido varias regulaciones nuevas para garantizar la sostenibilidad del sector.