El presidente Andrés Manuel López Obrador logró en este mes una aprobación de 67%; lo que representa una caída de 18 puntos porcentuales con respecto al año anterior, ya que en febrero de 2019 su aprobación era de 85%.
De acuerdo con los datos de la encuesta realizada por la agencia Enkoll, este es el nivel más bajo de aprobación que ha registrado el presidente de México en lo que va de su administración. En mayo del año pasado alcanzó 70% y en tres meses (agosto 2019) subió ocho puntos porcentuales, pero seis meses después (febrero 2020) bajó otros 11.
En cuanto al nivel de desaprobación, los datos revelan un incremento de 13 puntos en el lapso de febrero de 2019 al mismo mes del año en curso, con 12% y 25%, respectivamente.
Sobre la calificación que se le otorga al mandatario, en una escala del 1 al 10, actualmente se ubica en 7.0, cuando hace un año los encuestados la ubicaron en 7.8.
Respecto a los problemas del país, la inseguridad se mantuvo como la principal preocupación con 47%. Le sigue la corrupción con 15%. Después la economía con 12% y en los dos últimos lugares se ubican la falta de trabajo y el desabasto de medicamentos, con 7% y 3%, respectivamente.
A la pregunta ¿A qué se refiere con inseguridad? El 31% se refirió a asaltos, 20% al robo a casa habitación, 14% a secuestros, 13% a homicidios y 11% a la delincuencia o crimen organizado.
Los participantes en el ejercicio también fueron cuestionados acerca del partido con el que más se identificaban, independientemente de su preferencia de voto, y a esta interrogante, 45% afirmó que con ninguno; 25% con Morena; 10% con el Partido Acción Nacional (PAN); 8% con el Partido Revolucionario Institucional (PRI) y 3% con el Partido de la Revolución Democrática (PRD).
En el historial de afinidad partidista, Morena -el partido que fundó López Obrador- tuvo el pico más alto en febrero de 2019, con 43% y a un año del ejercicio, cayó 18 puntos porcentuales, es decir, se ubica en 25%.
En la actualidad, Morena atraviesa por una crisis interna respecto a su dirigencia por una disputa entre Alfonso Ramírez y Yeidckol Polevnsky; ante esta situación, en diversas ocasiones, el presidente ha llamado a resolver los problemas de manera democrática y enfatizado en que a él ya no le corresponde involucrarse en eso porque ahora representa a todos los ciudadanos de todos los partidos.