Rusia se enfrenta a Finlandia

El primer ministro finlandés, Petteri Orpo, dijo el lunes que su gobierno está preparando nuevas medidas para impedir el creciente flujo de refugiados a través de Rusia y dijo que Finlandia respondería «decisiva y enérgicamente» a lo que considera una campaña orquestada por el Kremlin.

Orpo hizo estas declaraciones en su escala en el paso fronterizo de Vartius, uno de los dos puntos en los que Finlandia ha centralizado la acogida de refugiados después de finalizar por completo los cuatro pasos más transitados en su frontera oriental el pasado viernes.

Según el Primer Ministro, es evidente que continúa el envío «organizado y asistido» de inmigrantes a través de Rusia hacia la frontera finlandesa, pero esta vez son dirigidos a los dos puestos de recepción.

Desde el 1 de noviembre han llegado a la frontera fino-rusa más de 500 solicitantes de asilo de terceros países, principalmente de Oriente Medio, frente a los 91 que llegaron en los tres meses anteriores.

Orpo insistió en que Moscú tendrá que evitar que se produzca este fenómeno, que pretende sembrar confusión en la sociedad finlandesa, y reiteró que su mensaje a Rusia es claro: «no toleraremos este comportamiento».

«Estamos corriendo para evitar que vengan los demás. Se trata, ante todo, de una actividad sistemática de Rusia. Si se detiene, este desafío no existirá», afirmó Orpo tras calificar el escenario de «muy excepcional».

Por ello, el mandatario aseguró que su Gobierno va a reaccionar con rapidez para tomar nuevas medidas restrictivas, aunque no quiso desvelar si el siguiente paso será el cierre total de la frontera, como sugieren algunos medios locales.

«Esta es nuestra frontera y la frontera de la Unión Europea, pero también es una frontera rusa, por lo que sería mejor para todos normalizar la situación», dijo.

Horas antes, el portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov, lamentó profundamente el posible cierre total de la frontera y desmintió que su país tenga nada que ver con el aumento del flujo de refugiados.

Además, culpó a Finlandia del deterioro de las relaciones bilaterales, en el pasado basadas en el respeto mutuo, y acusó a los líderes nórdicos de rusofobia por unirse a la OTAN y apoyar a Ucrania en su guerra con Rusia.

En cambio, Helsinki teme que el creciente flujo de refugiados pueda ser solo el comienzo de una cruzada híbrida orquestada por el Kremlin para ceder los servicios de inmigración de Finlandia, como hizo Bielorrusia con Polonia en 2021.

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