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Por Alba Rocher Trescolí
Menos de treinta kilómetros separan Madrid de Valdemoro. Un pueblo que el restaurante Chirón y su chef, Iván Muñoz, han puesto en el mapa tras haber revalidado una vez más su estrella Michelin. En su restaurante ofrecen un menú ejecutivo por 34 euros. Pero hay una vida más allá de este restaurante por la que merece la pena dejar el centro de Madrid y te la mostraremos. Porque a Valdemoro se viene a tapear, a comer platos riquísimos, a saborear la cocina fusión y a saborear el vermú elaborado en esta localidad. ¿Y casi puedes terminar la noche con algunas bebidas exclusivas en una destilería?clandestino
SOBRE SUSHI (Gta. Teresa de Jesús)
Este restaurante, que también tiene sucursales en San Sebastián de los Reyes y Pinto, fusiona a la perfección la cocina peruana y la japonesa. Sólo hay un problema: hay que volver un par de veces porque hay que darle sabor a toda su carta.
Su edición de katsu sando elaborado con chuletón de un año es sin duda su plato estrella. Por supuesto, no te pierdas la chaufa de arroz con pato, sus miles de combinaciones de sushi o el lomo saltado. Si tienes espacio, no pidas el bao de gambas o de pájaro. con una rica salsa, gyozas y causa limeña. Todo acompañado de Pisco Sour listo al momento. Para terminar la fiesta: tequeños rellenos de nutella.
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ROJO Y APARTE (C. Ana Frank, 1)
En este sitio te pueden cocinar casi de todo en su horno Josper (combinación que sale de juntar una parrilla y un horno). Y eso incluye tortillas con un sabor distinto: la tortilla frañola, por ejemplo, a la que le puedes añadir distintos ingredientes. No te pierdas sus alitas de pollo y alcachofas al carbón y como no, su carta de vinos. Para amantes de los postres diferentes tenemos la solución: trampantojo de aguacate o croquetas de chocolate sobre una base de natillas.
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GÉNESIS GASTROBAR (C. Agatha Christie, 5)
Su propuesta a Valdemoro es tan arriesgada como sorprendente: una carta que comprende no más de 10 propuestas que cambian.
Luis Nájera aprendió de Quique Dacosta o Daviz Muñoz y lo trasladó a este gastrobar dónde el objetivo es disfrutar y divertirse comiendo. Si hay suerte, puede que pilles su sándwich de oreja con Ras el Hanout, el perrito de puchero andaluz o su bao bun ‘Casa Labra’ con mahonesa de ajos negros. Todavía no he podido probar su mazorca de maíz al Kamado con palomitas y queso Oaxaca, habrá que esperar a la apertura de su nueva propuesta en la que espero que incluyan platos tan increíbles como el de chipirones al curry de su tinta, chistorra y manzana. No menos importante: Bianca está al mando de los postres para que te lleves a casa un apoteósico final. El mío fue de chocolate blanco con coulis de fresa, lima, violetas y haba tonka.
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María Casbas
Marta Sader
sara andrade
Condé Nast Traveler para Turismo de Madrid
TABERNA LA LEYENDA (C. José María Pemán, 2)
Este bar de tapas, como su nombre indica, es toda una institución en el comer en Valdemoro. La joya de la corona es su tortilla de patatas. De hecho, verás a mucha gente que las coge para llevar a casa en cajas de pizza. Pero si te sientas tranquilamente en su terraza no te faltará su famoso pincho de tortilla que te ponen como tapa con tu bebida. Aquí nada defrauda. Sus tiras de berenjenas a la miel son de otro planeta, pero déjate sorprender y pide una simple ensalada de tomate para que veas como tratan el producto.
LAS HAMBURGUESAS ARTESANALES DEL OSO (C. Mercurio, 6)
Se dice que es la hamburguesa más productiva de Valdemoro. Lo que podemos comprobar es que su hamburguesa de costilla y su hamburguesa de chipotle (servida con un enorme taco de tocino) son las mismas de siempre. De postre, no te compliques y pide su tarta de queso.
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EL BUO TABERNA (C. Camilo José Cela, 12)
Aquí se viene por sus tostas y sus raciones enormes que no dejan indiferente a nadie. Tendrás que esperar un rato para que te asignen mesa ya que suele haber cola en la terraza. Pero merece la pena. No te vayas sin probar los dados de queso brie rebozados con una salsa espectacular ni sus tiras de pollo con verduras. Un must: su enorme croqueta de boletus. Además, tienen otro local, Vinoteca la Buha, con una carta ampliada donde disfrutar de carnes, pescados y tortillas rellenas. La de cebolla caramelizada y queso de cabra o la de bacalao con pimientos pueden ser un buen comienzo.
SACKMAN (C. Lisboa, 5. Nave 66)
María Casbas
Marta Sader
sara andrade
Condé Nast Traveler para Turismo de Madrid
Esta destilería escondida en un dominio comercial te sorprenderá nada más localizarla. Dicen que los puestos son lo máximo clandestinos, ¿verdad?Es Sackman. Una destilería urbana, coctelería y un puesto donde también podrás cenar.
Presume de tener el primer whisky artesanal destilado y añejo de España además de su propia fábrica de cerveza artesanal. Nos gusta la estética del lugar, sus bebidas sin alcohol que seguramente tampoco te perderás o el hecho de que allí puedes cenar cocina asiática-nikkei los fines de semana. Los bartenders estarán encantados de asesorarle y de ofrecerle cócteles especiales en el menú. Si el ambiente del puesto ya te resulta descabellado, espera a ver su presentación de bebidas. Atrévete con los “Jaws” (su propio sirope de ginebra, lima y té chai con soda), “Fredy Krueger” con su propio whisky, clara de huevo y sirope de palomitas de maíz o si eres más clásico, un Old FashionArray
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PISTA EXTRA
¿Sabías que Valdemoro tiene su propio vermú? Se llama Vermut Zecchini y está elaborado cien por cien en esta ciudad. Además de ser el más antiguo de la comunidad, ha ganado reconocimientos extranjeros que lo posicionan entre los vermuts más productivos del mundo.
Nació en 1940 en una pequeña taberna de Lavapiés, Bodegas Cuesta. Es la nueva generación de vermuteros que se instalaron en Valdemoro a principios de siglo y ahora elaboran sus vermuts en el sur de la capital. Todo gracias a los más Vinos blancos productivos de la ribera del río Tajuña, afirma Jorge Cuesta. La receta proviene de una cultura milenaria y mezcla plantas como el ajenjo, la cúrcuma, el cilantro o el lirio florentino. Se puede tomar en más de una veintena de locales de Valdemoro y También puedes adquirirlo en su tienda online.
María Casbas
Marta Sader
sara andrade
Condé Nast Traveler para Turismo de Madrid
Y ponemos el broche a este comer en Valdemoro con el desayuno. Los churros y porras de San Telmo (C. Agustina de Aragón, 15) son míticos, así como los pasteles y tartas de Delicakes (C. Minaya, 22). Ah, y para pegarte un homenaje de brunch: La Cheta en la Avenida de España.
Como dije, Valdemoro lo tiene (casi) todo, llegó para quedarse y esperamos que lo disfrutéis.
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