Pedro Sánchez ‘insulta’

Pedro Sánchez demostró, ayer, en el debate con Alberto Núñez Feijóo en el Senado, que es un presidente atacado por el miedo, por el desconfinamiento con el que lastran las urnas, puesto a la defensiva con todo lo que no es él o los suyos. secuaces; Pedro Sánchez ahora esgrime solo insultos, la brocha ancha y el ataque frontal para comprobar protegerse frente a gigantes que solo él ve. Pedro Sánchez corre peligro y lo sabe. Pedro Sánchez necesita acelerar la legislatura, aunque no uno sabe si podrá aguantar demasiado en La Moncloa.

Los síntomas de debilidad del presidente del Gobierno español en este debate eran evidentes. Su desplante parlamentario casi doloroso. Y el contraste de todo ello con la fina ironía, el humor inteligente y el sentido del humor exquisito del líder de la oposición (Feijóo confiado en haber echado un vistazo a los currículums de los ministros de Sánchez y que ha tardado unos segundos en hacerlo , por ejemplo) son demoledores para el símbolo de Pedro Sánchez.

Pedro Sánchez dijo muchas cosas y tardó mucho en hacerlo. Feijóo dijo muchas cosas en mucho menos tiempo. Es decir que Pedro Sánchez tuvo más oportunidades de estrellarse que su oponente. Y lo aprovechó desde que hizo errores a puñados. Además, dejó algunas cosas dichas que se han convertido en un misterio o una broma cuando las soltó (no sé qué pensar aún hoy). Sánchez dijo que era el V centenario de la magnífica aventura de Elcano que le ha convertido en un héroe. Un día como Array dijo, y no fue una coincidencia. ¿No fue una coincidencia?¿Qué no fue casualidad?¿Pensará Pedro Sánchez que el acto de Elcano tiene algo que ver con él y su debate en el Senado?De todos modos, cuando estás en condiciones de decir tonterías, todo vale.

Pedro Sánchez tiene al máximo para vencer al PP en las próximas elecciones. Sólo formando una coalición masiva de izquierdas tiene una (diminuta) posibilidad de mantenerse en el poder. Por eso, seguramente, se ha propuesto ser el populista de el año, el político máximo enojado con la derecha, el que lidera con más vigor las batallas que él solo plantea un lenguaje crudo, el concepto pequeño y rebajado a dar la impresión de que el líder de la oposición es el presidente. el líder que necesita la izquierda, la nueva izquierda que ha dejado de ser socialdemócrata y se acerca a los desmedidos en busca de una salvación que está en el centro.

Veremos cómo y, sobre todo, cuándo terminará.

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