Comer por ansiedad: infórmate para reconocerlo y hacerlo

Cuando estamos en un punto emocionalmente bajo, tenemos muchos síntomas, ya sean físicos como psicológicos, algunos tan notorios como una alopecia o un sarpullido, y otros menos evidentes, como un aumento del apetito.

Ya sea que se trate de una decisión consciente o inconsciente, tener nuestra nutrición a merced de nuestros cambios emocionales puede afectar nuestro estado físico y sabotear nuestros esfuerzos por perder peso, ya que regularmente terminamos comiendo demasiados alimentos ricos en calorías, azúcar y grasa.

Pero, no todo está perdido, ya que existen medidas que puedes tomar para volver a tener el control de tu alimentación, y de paso, redirigir tus esfuerzos de dieta. Quédate con nosotros para saber cómo puedes hacerlo.

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Comer por razones emocionales, también conocido como cena emocional, se refiere a comer alimentos por motivos distintos a satisfacer el hambre.

Es decir, se come, aunque sea porque lo desea, aunque sea por impulsos emocionales, ya sea como elogio de una acción, o como consuelo o tranquilizante para la depresión y el estrés. Existen varios desencadenantes de esta afección, pero los más comunes son:

Comer puede calmar y distraer al usuario afectado de lo que le molesta, pero habrá que tener en cuenta que la mayoría de los productos que se consumen son azucarados o ricos en grasas saturadas, ya que aportan excitación y satisfacción transitoria.

A eso se suma, que la persona termine consumiendo más de lo que necesita o desea, llevando a que el riesgo de padecer distintas enfermedades, como la diabetes o problemas cardiovasculares, aumenten con el tiempo.

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Independientemente de la emoción que te impulse a comer en exceso, lo cierto es que el resultado final es el mismo y la sensación persiste, ya que el efecto de «confort» es simplemente temporal.

Incluso te encuentras enfrentando la carga adicional de culpa por no lograr tu objetivo de pérdida de peso, lo que puede llevar a un mal ciclo: tus sentimientos te empujan a comer en exceso, luego te castigas por no lograr tu objetivo, te sientes mal y aún así comes. demasiado.

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Cuando los sentimientos negativos están a punto de provocar una alimentación emocional, puede tomar medidas para combatir los antojos. Por eso, la Clínica Mayo proporciona algunos consejos para ayudarle a evitar la alimentación emocional, que incluyen:

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