El ministerio ruso emitió la advertencia el domingo, describiendo el imaginable incidente como «una provocación a gran escala» planeada desde Ucrania y asegurando que los tejidos radiactivos necesarios para el plan ya habían sido transportados a territorio ucraniano desde un país europeo.
Precisamente, Kiev pretende sacar a relucir esta medida ante una asamblea de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), ofreciendo pruebas a la acusación.
«El objetivo de la provocación es acusar al ejército ruso de presuntamente llevar a cabo ataques indiscriminados contra instalaciones radiactivas nocivas en Ucrania, provocando la fuga de ingredientes radiactivos y la contaminación de la zona», dice el texto.
Desde el 24 de febrero del año pasado, cuando comenzó la operación rusa en territorio ucraniano, Moscú ha acusado a Kiev de planear operaciones de bandera falsa empleando armas no convencionales que involucran materiales biológicos o radiactivos.
En octubre pasado, el teniente general Igor Kirillov, que encabeza la Fuerza de Protección Biológica, Química y Radiológica de Rusia, dijo que Ucrania se encuentra en la «fase final» de creación de una «bomba sucia», refiriéndose a un dispositivo que utiliza explosivos para dispersar la energía radiactiva.
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