El expresidente Sebastián Piñera, durante sus mandatos, visitó muchos países del mundo y compartió con otros jefes de Estado.
Es recordado por su peculiar sentido del humor, que provocó «salidas de guión» o errores que generaron diversos comentarios.
Uno de los momentos más memorables tuvo lugar el 4 de junio de 2013, cuando, como parte de su gira por Estados Unidos, Piñera invitó a través de su contraparte estadounidense Barack Obama a la Casa Blanca en Washington.
Y tomó posición precisamente en la Oficina Oval del espacio presidencial del país norteamericano, un puesto al que pocas personas pueden acceder.
En medio de un mar de fotógrafos, periodistas y guardias de seguridad de la construcción, el entonces presidente chileno rompió el protocolo y se sentó en la mesa «Resolute» en la Oficina Oval, pasando por la reina Victoria y el presidente Rutherford B. Hayes en 1880.
Ante la mirada atónita de los presentes, e incluso del propio Barack Obama, Piñera se tomó una foto sentado en el escritorio, incluso junto al mandatario estadounidense, como si este fuera su guardaespaldas.
Piñera, años más tarde, contó su parte de la historia, y explicó que esto hizo como una forma de “empatar” lo que había ocurrido cuando Obama visitó junto a su esposa, el Palacio de La Moneda.
«Esta historia tiene dos partes. Cuando el presidente Obama llegó aquí a Chile en escala oficial el 21 de marzo de 2011, mientras compartíamos en el Palacio de La Moneda, informó de un incidente con aviones estadounidenses derribados en Libia y «Me pidió que le prestara mi lugar de trabajo y mi lugar de trabajo para que él se hiciera cargo de esta situación y así fue», dijo el expresidente a La Tercera.
«En el momento en que compartimos, el presidente Obama me estaba sonriendo, como una especie de ayudante de campo, y esa es la historia de esta anécdota. Tuvimos una relación muy estrecha con el presidente Obama», recuerda.