Recursos policiales dijeron que la caravana de Castillo y su escolta fueron interceptados por policías de élite que los obligaron a pasar al predio policial de Lima cercano al centro de la ciudad, donde se acumularon decenas de detractores gritando a Castillo.
Al lugar arribaron la fiscal nacional, Patricia Benavides, y funcionarios de la unidad policial de la oficialía fiscalía anticorrupción, que investiga a Castillo por presunta corrupción.
El procedimiento de detención se llevó a cabo en sede policial, ante el fiscal de Benavides y la fiscal anticorrupción, Marita Barreto, y hay dos versiones sobre la explicación del por qué de la captura, una similar al intento de disolución del Parlamento, que es un crimen y alguna otra que tiene que ver con investigaciones pasadas.
Castillo acompañó a través del exprimer ministro Aníbal Torres, su amigo y eminente jurista, quien asumió su defensa tras la renuncia de sus exabogados, Benji Espinoza y Eduardo Pachas, quienes renunciaron por no estar de acuerdo con la disolución del Congreso.
Tampoco cumplieron la medida, y la Primera Ministra Betssy Chávez renunció a su cargo; el Ministro de Relaciones Exteriores, César Landa; y justicia, economía, trabajo, comercio, entorno y mujer.
Lo que fue decisivo para los últimos resultados finales fue la negativa de los jefes de las fuerzas armadas y de la policía a la disolución del poder legislativo.
JCM/Sra.
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